Natalie R., de 28 años y con cuatro hijos menores de edad a su cuidado, trabajaba como prostituta debido a la complicada situación económica a la que hacía frente. Pero, cuando la tarde del sábado 24 de agosto dejó a sus pequeños sin cuidado porque alguien había contratado sus servicios en Ciudad del Plata (Montevideo, Uruguay), Natalie jamás pensó en lo que sucedería al volver a casa: su bebé había muerto.
Los cuatro menores, uno de ellos recién nacido, se quedaron solos en el domicilio al cuidado de la mayor de los hermanos, una adolescente de 12 años de edad. "No tenía que haberlos dejado solos pero lo hice porque no tenía un peso. Dudaba en ir o no ir porque me ofrecieron un buen dinero. Entonces mi dijo que fuera y que ella se quedaba cuidando a sus hermanos. Por eso fui", declaró Natalie ante las autoridades.
Tal y como explicó la madre de los pequeños a la Fiscalía uruguaya, abandonó su casa alrededor de las 23 horas del sábado. Preocupada por el estado de sus hijos, la mujer envió un mensaje de texto a su hija mayor a las 3 de la mañana para preguntarle por el estado de los pequeños.
Se trata de una muerte natural
Sin embargo, apenas dos horas después, cerca de las 5, la niña descubrió que el más pequeño de sus hermanos había fallecido de forma repentina y acudió a pedir ayuda a una pareja de vecinos. De igual forma, los testigos han declarado a las autoridades que intentaron reanimar al bebé y más tarde lo trasladaron al hospital de Ciudad del Plata. Una vez allí, los médicos constataron que el pequeño había fallecido y, dos horas más tarde, informaron de la desgracia a su madre.
Los análisis forenses detallaron que el cuerpo del niño carecía de signos de violencia, por lo que ya se ha confirmado que se trata de una muerte natural. Así lo ha confirmado además la fiscal Flavia Cedrez en la rueda de prensa posterior a la audiencia judicial: "Estamos ante una tragedia familiar. No hay vinculación entre la muerte del bebé y la salida de la madre", aseguró.
Por este motivo, la Justicia ha condenado a Natalie a ocho meses de libertad vigilada por omisión de los deberes inherentes a la patria potestad, tras constatar que los menores iban a la escuela y contaban con los controles médicos correspondientes. Ahora, Natalie deberá además permitir que el Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay realice un seguimiento estricto de los menores y someta a un seguimiento psicológico a todos los miembros de la familia.
