Organizar una boda siempre es complicado: lista de invitados, lugar en el que se celebrará el banquete, el vestido de la novia, organizar a las familias de los contrayentes... Pese a todo, acaba convirtiéndose en el día más feliz de la vida de una pareja... de una pareja humana, claro. Porque... ¿Qué ocurriría si uno de los miembros de la pareja es un objeto?
Esto es lo que le pasa a Amanda Liberty, una mujer británica de 33 años que está comprometida con un candelabro. "Le pedí matrimonio el pasado San Valentín para sellar nuestro amor. Espero celebrar nuestro compromosio en algún momento", explica en New York Post con la emoción propia de una novia a punto de pasar por el altar.
La relación de esta peculiar pareja surgió hace un año, cuando Liberty encontró a la que parece ser el amor de su vida en una puja en eBay. Porque sí, el candelabro es de género femenino y la ha bautizado muy originalmente como Lumière, igual que el mítico personaje de 'La Bella y la Bestia'. "Ella vivía en Alemania, y aunque sabía que no sería fácil traerla a casa, sabía que necesitaba encontrar la forma de hacerla mía", relata la británica, reconociendo que aquello "fue amor a primera vista".
No le salió gratis su relación, ya que por la puja en eBay acabó pagando más de 400 euros. Para que luego digan que el amor no tiene precio. En realidad, no es para menos, ya que el candelabro tiene casi un siglo de antigüedad. Tras ganar la puja, Liberty tuvo que esperar seis largos días a que Lumière le llegara a casa, donde le esperaban 24 candelabros más con los que la mujer mantiene "una relación abierta".
Relacion abierta con sus candelabros
"Cuando llegó, venía desmontada por su propia seguridad, pero cuando volví a poner todas sus piezas en su sitio y se instaló en su nuevo hogar, nuestra relación se reforzó rápidamente", relata Amanda Liberty completamente enamorada. Respecto a la relación abierta que mantiene con los otros candelabros, Lumière parece habérselo tomado bien, ya que su novia duerme con otro llamado Jewel ya que es "más cómoda y estupenda para acariciar". Con su prometida mantiene una relación más romántica ya que le gusta más besarlo y darle mimos. "Ninguno de mis candelabros se pone celoso, entienden que los quiero a todos, cada uno con su personalidad", argumenta ella.
A lo largo de toda su vida, Amanda Liberty se ha sentido atraida por objetos. Antes de la llegada de Lumière, mantuvo una relación con otro candelabro llamado Luna. Aunque su primera vez fue con una batería cuando tenía 14 años. No obstante, la relación que más le marcó fue con la Estatua de la Libertad, por la que llegó a cambiarse el apellido a Liberty. Pero la distancia acabó con su amor.
"No puedes controlar con quién te enamoras, simplemente sucede", explica defendiéndose de aquellos que no entienden su objetofilia: "Yo no hago daño a nadie teniendo una relación con objetos, la gente no entiende una orientación que es normal para mí. Yo sólo sigo a mi corazón".