¿Por qué han aumentado en los últimos años las agresiones homófobas? Es la gran pregunta, de la que puede haber varias respuestas. Pero intentaremos hacer eso más adelante. En el último año hemos sido testigos de noticias, y más noticias, y más noticias, y más noticias de agresiones homófobas dentro y fuera de España. En Orlando hemos tenido uno de los episodios más tristes de la historia del movimiento por los derechos de la comunidad LGTB, que como fue llevado a cabo por un extremista islámico, lo achacamos a la locura de un fanático, así que nos queda muy lejos. Todos nos solidarizamos porque "tampoco es para matarlos", pero en Europa sigue pasando algo. Y en España, también.
Estos son algunos de los ejemplos de que algo está pasando, algo que no quiere que la humanidad avance y las personas tengan derechos y libertad, en este caso, sexual.
1 En Ámsterdam Holanda reparten panfletos para pedir la unión de las religiones contra la homosexualidad
Nada bien se llevan las tres grandes religiones entre sí, el cristianismo, el judaísmo y el islam. Sin embargo, a veces se juntan, para cuestiones de Estado, para decir lo interesados que están en la paz, o, como en este caso, para hacer maldades. O al menos es lo que se les pide en un panfleto que fue distribuido por los hogares con un fuerte mensaje homófobo, donde se pedía los tres grupos religiosos que se juntaran contra la homosexualidad. Además muestra una estadísticas falsas donde dicen que el 29% de los niños adoptados por parejas del mismo sexo reciben abusos sexuales.
Según informa el medio DutchNews, Fueron los mismo vecinos quienes se quejaron a la policía de esta propaganda dañina y de incitación al odio.
2 Madrid: El aumento de denuncias por agresiones homófobas
El Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia registraba en octubre de 2016 un total de 186 ataques a personas homosexuales, bi o trans. La Comunidad de Madrid es una de las regiones del Estado que más ataques LGTBfobos está registrando, y la mayoría de ellas se ejecutan de noche, ya sea en bares o discotecas, o mientras las víctimas vuelven a casa. Sólo el 18%, aproximadamente, de estos episodios son denunciados, por miedo, vergüenza o falta de confianza en que la acción surta efecto, por lo que las cifras oficiales de agresiones suelen encontrarse sesgadas a causa de ello.
Sin embargo, Madrid acogerá en el año 2017 el evento mundial World Pride, lo que la podría colocar como una de los destinos gay-friendly de referencia internacional, una manera también de lanzar un contraataque -pacífico- hacia la lgtbfobia que parece querer instalarse.
Sin embargo, en el año anterior, según el Informe 2015 sobre la evolución de "los delitos de odio" en España, sólo se registraron 169 delitos en todo el país, y a la cabeza se encontraba Cataluña, con 50 agresiones, seguida de País Vasco, con 27 y Madrid, con 19. Unos datos de risa, comparados con los de los propios observatorios, por ejemplo el Observatorio Contra la Homofobia de Cataluña habla de 394 casos en 2014, y una evolución ascendente del número de agresiones. Claro, que lo que no son agresiones violentas también son agresiones, aunque cueste más ir a denunciarlas.
3 Inglaterra: un 150% más de agresiones desde el Brexit
En Los Replicantes ya nos habíamos hecho eco de set fenómeno que, junto a otros, se estaba agudizando a raíz de la victoria del Brexit. Y es que, claro, ganar autonomía política saliéndote de un organismo superior, como es Europa, no puede ir separado de una ideología, que en este caso es conservadora. Así, si te marchas con una perspectiva de salir del juego del liberalismo europeo para hacer tu propio camino como pueblo libre y solidario con otros estados, te vas a la izquierda más CUP. Si lo haces porque los ingleses no tenéis por qué estar a las órdenes de un organismo superior que te obliga a manejar el dinero de una forma y a acoger refugiados aunque no quieras, te conviertes en Inglaterra, el país donde cada vez es más difícil salirte de la norma inglesa, ser extranjero (y español, nosotros, que nos creemos los reyes del mundo delante de nuestros compañeros latinoamericanos, africanos o rumanos), o incluso perteneciente a la comunidad LGTB.
La ONG británica Galop, que se dedica a atender casos de personas agredidas por odio a su orientación sexual, porque recordemos que la causa de que les ataquen no es que sean LGT o B, sino al odio de sus agresores, registraba en los últimos meses un aumento del 150% de la violencia hacia personas de estos grupos sociales. En una encuesta que realizaron a 487 personas, un 80% de las y los encuestados dijeron haberse sentido discriminados en alguna ocasión. Londres parece la ciudad más cosmopolita de Europa, donde puedes ir por la calle con un tiesto posado en la cabeza y a nadie le parece extraño. Sin embargo, besar a alguien de tu mismo sexo o tener genitales nuevos no parece algo que les guste mucho, o al menos el resto de ciudades no se han contagiado de esta tolerancia.
4 Tiempo difíciles para ser LGTB, futuro esperanzador
¿Es casualidad esta tendencia a una mayor homofobia? ¿O es una tendencia a externalizar a puñetazos tu odio y miedo interior? Buscamos la explicación de los expertos a estas preguntas, pero tampoco es algo que sea muy visible porque, total, como los poderes se siente cómodos en su cisheteropatriarcado...
Una tesis sobre este fenómeno es que no hay más agresiones, sólo más denuncias. ¡Viva, el número está igual, pero la gente es más valiente! ¡Menudo triunfo! Esto sería positivo, porque sería dar visibilidad a un tema que se encontraba como escondido, pero aun así coloca la responsabilidad en las víctimas, aunque no sea con mala intención. Y no hay evidencias de que esta sea la causa.
Sin embargo, y sean cuales sean los desencadenantes de estas agresiones, los cuales es importante estudiar y prevenir, hay un hecho muy visible: la comunidad LGTB está ganando derechos en la calle, se está visibilizando más, y la lucha es constante. Y todo cambio, toda conquista de derechos, lleva detrás un fuerte intento de resistencia por parte de los sectores más conservadores. Por eso hay que continuar y unirnos a esta lucha, cuantos más, mejor.
Pero ir ganando derechos y visibilidad poco a poco no quiere decir que haya igualdad. Parece que con la legalización del matrimonio homosexual, en España ya está todo ganado, y para nada. Las bromitas de Bertín Osborne de ir pegado al zócalo de la pared son un ejemplo diario que todos ponemos en marcha, porque reírnos lo que percibimos como homosexual es muy común y mucho más dañino de lo que nos podemos imaginar. Y así, en la televisión emiten esas bromas sin pensar en sus consecuencias. Por otro lado, el acoso escolar se ceba con el colectivo LGTB, más de la mitad de los niños o adolescentes que no se ajusten a las normas cisheterosexuales, son agredidos en la escuela. ¿Y los que nos tienen que proteger? Rubén López, de la asociación Arcópoli antes citada, afirmaba que hasta hace pocos años era la propia policía la que agredía y reprimía en las comisarías al colectivo LGTB, así que ahora se intenta trabajar para que las fuerzas de seguridad sepan cómo tratar un caso así. Ya que ya no se les debería estar pegando, ahora lo mínimo es que te atiendan y no ignoren tu caso haciéndote pensar que lo normal es que te agredan.
5 Por contra, tenemos la bandera arcoiris en los ayuntamientos
Uno grandes precursores de esta solidaridad con la comunidad LGTB. Bueno, antes tengo que detenerme y enfatizar el gran avance que ha supuesto la extensión del nombre de comunidad LGTB, así como de términos como queer o cis/trans, para alejarse del binomio "gay-hetero" y considerar en la lucha a otros sectores invisibles. Aunque haya todavía quien considere que el lenguaje no tiene impacto social, vemos que eso no es así, y se trata, además, de una conquista de la propia comunidad y nada que el heteropatriarcado haya cedido.
Decía que otros grandes precursores de la solidaridad con esta causa han sido los llamados ayuntamientos del cambio, que estos últimos años colgaban en sus balcones la bandera arco iris el Día del Orgullo Gay. Una celebración, para mi, cada vez más apoyada y que los conservadores pueden seguir criticando desde sus sillones de piel, pero que no nos importa.
