Afganistán era testigo este miércoles de un nuevo ataque terrorista llevado a cabo por el Estado Islámico. El objetivo era una sede de la ONG Save the Children en la ciudad de Jalalabad, en cuya entrada fue colocado un vehículo cargado de explosivos a las 9.10 am (hora local) detonado por un terrorista suicida. Acto seguido, entre cuatro y cinco hombres irrumpían en el edificio, iniciando un tiroteo contra las fuerzas de seguridad afganas.
Una vez finalizado el ataque tras tres horas, y despejado el edificio, se confirmaba la muerte de 3 personas, al menos un civil y un miembro de las fuerzas de seguridad, y un total de 22 heridos. Tanto la sede de Save the Children atacada como el resto de oficinas del país han tenido que ser cerradas, pues además de estar en peligro la seguridad de los trabajadores de la ONG, también estaban en riesgo las vidas de los niños a los que dan asistencia. En todo el país son 1,4 millones los menores de edad a los que atiende la organización, siendo un país muy conflictivo, tal y como declaraba Save the Children en un comunicado: "Afganistán es uno de los países más difíciles del mundo para ser niño y para trabajar para el personal humanitario". Sin embargo, y por culpa de este atentado, se han visto obligados a suspender temporalmente todas las actividades en Afganistán, un país donde tanto los talibanes como el ISIS o Estado Islámico están aterrorizando a la población con sus ataques.
La zona más conflictiva de Afganistán
Tras el ataque, fue el mismo Estado Islámico quienes reivindicaron el ataque. La agencia Amaq, vinculada al ISIS, difundía por la red social Telegram un mensaje diciendo que esta "operación martirio" tenía como objetivos una institución británica y una sueca, y una ONG afgana, según informa EFE. Jalalabad tiene unos 35.000 habitantes y es la capital de la provincia de Nangarhar, fronteriza con Pakistán. Se trata de una de las zonas más vulnerables de Afganistán, y donde los ataques son más numerosos, incluso entre la población civil. Las ONGs son uno de los objetivos claros de los grupos terroristas, como Cruz Roja, que tras varios ataques tuvo que anunciar la reducción de sus actividades tras ser asesinados 7 trabajadores en tan solo nueve meses.
Por el momento, la Unión Europea ha manifestado su condena el atentado, que tilda como "un ataque contra la humanidad" y "una grave violación del derecho internacional", en palabras de Federica Mogherini, la alta representante de la UE para la Política Exterior. Claramente, desde Save the Children han condenado también el ataque contra sus oficinas, expresando que pronto reaundarán sus actividades de protección a la infancia en el país: "Seguimos estando comprometidos con reanudar nuestras operaciones y el trabajo vital (que realizamos) tan rápido como sea posible, tan pronto como podamos estar seguros de que es seguro hacerlo".
