Nueva catástrofe aérea. 66 personas (sesenta pasajeros y seis tripulantes) han fallecido al estrellarse un avión en Irán, en un vuelo de la aerolínea local Aseman Airlines entre Teherán y Yasuj. A los 50 minutos de despegar desde la capital iraní, el avión desapareció de los radares. Finalmente, se descubrió que la aeronave se había estrellado en Samirom, una región montañosa al sur de la capital.
La niebla ha impedido el paso de los helicópteros de socorro, por lo que el trabajo de emergencia ha sido vía terrestre, como ha informado el gobernador de la región de Samirom a la agencia de noticias iraní Mehr. Poco después, la aerolínea Aseman Airlines confirmaba que no hay supervivientes.
Un suceso habitual en Irán
El avión es un modelo ATR de 20 años, la media de edad de las aeronaves iraníes. Las sanciones internacionales impuestas a Irán desde 2016 por su programa nuclear han impedido la necesaria renovación de estos medios de transporte. Esel tercer accidente aéreo en el país en los últimos siete años, tras los de 2014 (fallecieron 40 personas) y 2011 (77 muertos).
El avión de la compañía Aseman Airlines, la tercera más importante del país, estaba destinado a viajes nacionales por el territorio. Sin embargo, como señala el periodista local Sadegh Ghorbani en su cuenta de Twitter, "había estado fuera de servicio durante meses, y volvió a los cielos solo tras una revisión mayor. Había experimentado algunos fallos técnicos, incluido uno que le forzó a hacer un aterrizaje de emergencia a principios de este mes".
Las investigaciones continúan por la zona, a la espera de hallar la caja negra para dilucidar las causas del siniestro.
Este suceso tiene lugar cuando se cumple una semana de un accidente en avión de características similares cerca de Moscú, en el que fallecieron los 71 tripulantes a bordo.
