El vicepresidente y codirector ejecutivo de la multinacional surcoreana Samsung Electronics, Han Jong-hee, ha muerto en Seúl a los 63 años como consecuencia de un infarto de miocardio, como ha confirmado la empresa en un comunicado.
Han se desplomó el pasado el pasado viernes, 21 de marzo, tras asistir a la recepción de la boda de su hija y luego fue trasladado al Centro Médico en Seúl, donde falleció, según el diario local Chosun. Tras el comunicado de la empresa, las acciones de Samsung Electronics bajaron y cerraron con un descenso del 1,16%.
Han Jong-hee era considerado como una figura fundamental en el ascenso de Samsung en el sector de los televisores, contra rivales como Sony. Además, contaba con una experiencia de 37 años en la empresa, desde que ingresó como ingeniero en 1988 hasta lograr consolidarse como uno de sus máximos ejecutivos.
Desarrollo de IA
Recientemente, tenía como reto la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la mayoría de productos de Samsung, anticipándose al auge de esta tecnología y su potencial real para enriquecer las necesidades diarias de los usuarios.
Durante su liderazgo, la empresa ha instalado chips de Inteligencia Artificial (IA) en refrigeradores, lavadoras y aspiradoras. Lideraba la división Device eXperience (DX), experiencia de dispositivos, una de las grandes ramas de negocio del grupo, y supervisaba también la unidad de Electrodomésticos Digitales (DA), así como teléfonos inteligentes.
Su muerte se ha producido en un momento vital para Samsung Electronics, que necesita una fuerte innovación para hacer frente al rápido auge de las empresas chinas de electrónica, que ofrecen características competitivas a precios más bajos, una gran amenaza para el dominio de Samsung.
Además, su fallecimiento solo ocurre unos días después de su participación en la junta general de accionistas del pasado 19 de marzo, en la que presentó su visión estratégica para el futuro del grupo. En dicha reunión había informado a los inversores de las dificultades que entrañaba el 2025 pero que como solución se buscarían fusiones y adquisiciones para abordar la cuestión del crecimiento.
Entre sus grandes ambiciones se encontraba el desarrollo de innovaciones para impulsar la tecnología del hogar inteligente en todo el mundo, así como afianzar el liderazgo de Samsung a nivel internacional. Para ello, anunció que quería conectar mejor los 500 millones de dispositivos que vende la multinacional cada año para compensar los errores que han impedido su liderazgo frente a grandes rivales en campos como la memoria de alta gama o la IA generativa.
