Marnie era una perrita de raza Shih Tzu y cuya característica principal era su lengua colgando y su expresión divertida con la que salía en todas sus publicaciones de Instagram. Según ha informado su dueña, ha fallecido a la edad de 18 años en su casa de Los Ángeles. "Falleció muy, muy tranquilamente", comentaba su dueña Shirley Braha, quien adopto a Marnie de un refugio de animales cuando esta tenía 10 años. Braha ha informado que murió debido a que ya era muy mayor.
La perrita obtuvo 1,8 millones de seguidores en Instagram y se convirtió en un perro modelo para todas aquellas personas que no se atrevían adoptar. Fue el incentivo para que se dejaran de comprar perros y la gente comenzase a querer a todos los animales que se encontraban en refugios abandonados.
Marnie ha posado con celebridades como Katy Perry, Tina Fey, Demi Lovato y Selena Gómez. Además, tiene un libro y llegó a ser tan popular que su ausencia en los World Dog Awards de 2015 fue portada en el TMZ. En 2015 The New Yorker había decretado a Marnie como"el perro estadounidense más famoso de Instagram". Braha contó que le paraban por la calle para hacerse fotos con la perra y para contarle historias de cómo al ver su historia le habían motivado para adoptar a mascotas del refugio de animales.
"Nuestra relación fue la de dos mejores amigas"
La dueña ha contado cómo era su relación y cómo el paso del tiempo hizo que al hacerse mayor Marnie ella tuviera que cuidarla cada día. La perra había desarrollado una úlcera en las encías que, debido a su edad, no se estaban curando. "Su cuerpo no tenía fuerzas para luchar contra pequeñas cosas como esa", explicaba.
Braha subió una foto de la perrita para anunciar que se preparaban para despedirla a la vez que mantenía a sus seguidores informados de cómo se iba encontrando, de las visitas al veterinarios y de los problemas que estaba sufriendo. Al final de su vida, según la dueña, solo estaba sufriendo y no tenía fuerzas para levantarse del sofá.
Ha informado a través de la cuenta de Instagram que será incinerada en el cementerio de perros de Los Ángeles y que esperan que pueda hacerse de manera pública, pero que aún no lo saben debido al coronavirus.