El histórico dirigente de Izquierda Unida, Julio Anguita, ha fallecido siete días después de haber sido ingresado en el Hospital Reina Sofía de Córdoba tras haber sufrido una parada cardiaca. Después de permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), finalmente no ha podido superarlo y ha muerto a los 78 años.
Anguita fue atendido en la mañana del sábado 9 de mayo en su domicilio de Córdoba por el equipo de emergencias sanitarias. Los profesionales del 061 tuvieron que que aplicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar al encontrarse al paciente en parada cardiaca.
Pocos días antes, el 4 de mayo, el que fuera alcalde de Córdoba entre 1979 y 1986, publicó un vídeo en el que explicaba el manifiesto 'El hoy y el mañana: razones para nuestro compromiso' del Colectivo Prometeo, con el que se buscaba la implicación de la sociedad para superar la crisis actual debido a la pandemia de coronavirus.
Lo cierto es que Julio Anguita llevaba décadas sufriendo problemas de corazón. En 1993, en plena campaña electoral en Barcelona, sufrió un infarto que volvería a repetirse cinco años después en Córdoba. En 2009 tuvo que ser ingresado tras sufrir una arritmia cardiaca y en 2014 de nuevo por una angina de pecho.
Conocido como el 'Califa rojo'
Anguita nació en Fuengirola en 1941, aunque su vida ha estado siempre vinculada con Córdoba. Se jubiló como maestro en el IES Blas Infante en diciembre del año 2000 y ha mantenido hasta su muerte su actividad intelectual, política y de activismo social.
Se afilió al Partido Comunista de España (PCE) en el año 1972, cuando era una formación ilegalizada por la dictadura, hasta que se presentó a la Alcaldía de Córdoba en el año 1979, convirtiéndose en regidor con el apoyo de PSOE, UCD y PA.
La popularidad de Anguita subió de tal manera que, en 1983 consiguió la mayoría absoluta con 17 concejales. De ahí viene el apodo de 'Califa rojo' con el que fue conocido durante los siguientes años. En esta época, Córdoba solicitó a la UNESCO la declaración de la mezquita como Patrimonio Cultural de la Humanidad, algo que consiguió en 1984.
En 1989 dio el saltó a la política nacional liderando Izquierda Unida, cosechando dos millones de votos en las generales de 1993 y 1996. Posteriormente, cuando abandonó la política, renunció a la pensión vitalicia porque consideraba que le bastaba con su pensión como maestro.
De verbo mordaz, Anguita no dejó de retratar a aquellos que se dedican en vida a la política profesional y a disfrutar de esos privilegios: "El que al perder el coche oficial sienta que ha perdido su vida es un indigente moral y, si se me permite la vida, un gilipollas".