Un error fatal en el proceso de selección para un transplante de riñón ha supuesto la muerte de Parminder Singh Sidhu, un paciente de 49 años de Londres. El hombre fue intervenido en abril de 2021 para recibir el órgano, que se encontraba afectado con cáncer.
Los médicos no se percataron de esta situación en el momento en el que realizaron la intervención. En concreto, el órgano estaba afectado por un tumor maligno por el que en apenas un año el hombre, de origen indio, ha perdido la vida.
El diario Daily Mail indica que también hay otras dos personas que recibieron órganos del mismo donante y también padecen cáncer, aunque por el momento sus vidas no corren peligro.
Un tumor de 7 centímetros
Los síntomas que empezó a experimentar Parminder Singh Sindhu se iniciaron cuando comenzó a sufrir dolores de cadera. Fue entonces cuando, al acudir al médico, descubrieron que tenía un tumor de 7 centímetros que pronto se extendió a la columna vertebral.
Su viuda, Tarjinder, de 47 años, se ha mostrado devastada por lo sucedido: "Era un marido normal, quería operarse para hacer su vida mejor. Es muy, muy duro para mí y nuestros hijos, pienso en él todo el tiempo", ha declarado.
El fallecido fue previamente operado en la India en 2005 cuando empezó a tener problemas renales a los 30 años, pero no sufrió ningún tipo de complicación entonces. Los médicos encargados del trasplante no tenían motivos para sospechar de los órganos, puesto que el donante no había dado ningún signo de enfermedad, explica Frank Dor, cirujano de trasplantes del hospital Imperial College.
"Incluso ahora en retrospectiva, no hay ninguna razón por la que este trasplante no debiera haberse hecho. Tuvimos todo en cuenta, no había motivo para preocuparse. Estamos todos bastante en shock", relata el doctor, que asegura que el protocolo es que el cirujano revise el órgano antes de trasplantarlo pero hay tumores que no se detectan por su reducido tamaño.
La familia de Parminder se encuentra devastada por lo sucedido: lo que aparentaba haber sido un trasplante de éxito ha terminado por convertirse en una auténtica pesadilla. Se trata de un caso extremo que solo se ha registrado 11 veces en todo el mundo, frente a 80.000 intervenciones anuales.