Hamza Bin Laden ha muerto. El líder de Al Qaeda y sucesor de Bin Laden, su padre, uno de los terroristas más infames y buscados de toda la historia. Al menos así lo confirman los servicios de inteligencia del Gobierno de Estados Unidos, a través de la cadena de televisión NBC.
Pese a que se desconoce si Donald Trump ha tenido algo que ver en el fallecimiento del criminal, la noticia ha sido confirmada por tres fuentes que no han querido ser identificadas, probablemente para que la organización yihadista no pueda tomar represalias futuras contra ellos. Sin embargo, no han trascendido más detalles sobre el suceso, el cómo y el dónde murió sigue siendo un gran misterio. Al ser preguntado por la inesperada noticia, Trump no quiso hacer ningún tipo de declaración acerca de los informes.
Algunos medios de comunicación, como el New York Times, apuntan a que Estados Unidos podría haber tenido algo que ver en la captura y muerte del heredero del temible guerrillero, que fue ejecutado por los comandos estadounidenses dirigidos por Barack Obama en 2011. Según dictan, la operación pudo hacer tenido lugar durante dos años, antes de que se ofrecera algún tipo de recompensa por su cabeza.
Los comandos de Estados Unidos aseguraron que antes de su defunción, Osama Bin Laden pudo haber preparado a su decimoquinto hijo para asumir el mando de la organización terrorista, que hasta la actualidad no había conseguido alcanzar. El presente poder lo ostenta el egipcio Ayman al Zawahari, que además fue mano derecha y médico de Osama Bin Laden, siendo ahora terrorista más buscado del mundo por el que el FBI ofrece 25 millones de dólares.
Su captura valía un millón de dólares
Estados Unidos ofrecía una recompensa de 1.000.000 de dólares a quien descubriera dónde se encontraba uno de los más de 20 hijos que Bin Laden tuvo a lo largo de su vida. La jugosa recompensaba habrá tentado a más de uno a poder descubrir dónde se encontraba Hamza, aunque las autoridades de Trump ya intuían que podía estar escondiéndose en las montañas que ocupan la frontera entre Afganistán y Pakistán, ya que al parecer estaría buscando una salida hacia uno de los países limítrofes de ambos, Irán.
Antes de la muerte de su padre, este habría nombrado a su hijo Saad Bin Laden sucesor de Al Qaeda, pero falleció en Pakistán durante un ataque con drones en el año 2009, antes de que pudiera materializarse. Tras lo ocurrido, Osama, mente pensante de los atentados del 11-S en Nueva York, decidió que fuera Hamza quien lo ocupara, aunque sus ojos nunca llegaron a verlo, pero tampoco los de su hijo, cuyo fallecimiento parece ser ahora un hecho.
Hamza, que tenía 30 años, era diez años más jóven que su difunto hermano. Al menos, así lo revelo el secretario adjunto para Seguridad Diplomática de Estados Unidos, Michael Evanoff, durante una rueda de prensa en febrero de 2019, donde explicó que la razón detrás de esta afirmación se encontraba en unas cartas que las fuerzas especiales habían descubierto en el lugar donde Osama Bin Laden murió.
Pese a su reciente inactividad y haber estado a la sombra del Estado Islámico, el Gobierno de Trump asegura que la lucha contra el grupo terrorista era algo que seguiría siendo algo constante y permanente, por lo cual una de sus principales metas era capturar a este fugitivo, que con el tiempo se podría haber convertido en uno de los criminales más perseguidos del mundo por su condición como cabezilla de Al Qaeda.