La vida de Eli Thompson se ha apagado, sin duda, demasiado pronto. Con tan sólo dos años, ha fallecido a causa de la enfermedad rara que padecía desde que nació, la arhinia congénita, un trastorno que tan sólo afecta a 37 personas en el mundo.
Por culpa de este trastorno, Eli no contaba con vías nasales ni cavidades sinusales, por lo que los médicos le tenían que haber realizado una intervención de urgencia en el momento de nacer (una traqueostomía) con el fin de que al menos pudiera respirar.
Los médicos tenían la esperanza de que el retoño alcanzase la pubertad, momento en el que podrían haber realizado una cirugía plástica con la que salvar su vida tras reconstruir su nariz.
"Hemos perdido a nuestro pequeño anoche [...] Terminó su carrera mucho antes de lo que nos hubiera gustado. Nunca voy a ser capaz de dar sentido a por qué sucedió esto, y afectará profundamente durante mucho tiempo. Pero soy muy afortunado de haber tenido a este precioso chico en mi vida", ha relatado el padre Jeremy Finch, en una publicación de Facebook.
Los progenitores tuvieron noticia de la enfermedad de su hijo en el momento de que la madre dio a luz. Ningun médico ni ninguna ecografía habían determinado esta enfermedad. De hecho, la madre espetó al médico: "Algo está mal", a lo que el doctor respondió: "No, todo está perfectamente bien", y ella inmediatamente gritó: "No tiene nariz".
La mala suerte quiso que Eli Thompson tuviera que convivir con esta enfermedad, que tan sólo afecta a uno de cada 197 millones de nacimientos. Por culpa de ello, el pequeño no tuvo la capacidad de hablar y tuvo que aprender a manejarse en lengua de signos para poder comunicarse con sus padres.
"Te amo, hombrecito. Descansa en paz con mi padre", concluye Jeremy Flinch su post. Los progenitores se encuentran ahora desolados, ya que jamás perdieron la esperanza de que el pequeño alcanzase la pubertad y pudiera recibir la intervención que necesitaba. El caso de Eli había generado mucha conmoción a través de las redes sociales, por la corta edad del retoño y por lo extraño de su trastorno: tan sólo 30 personas han padecido esta enfermedad en la historia.
Muestra del apoyo con el que contaba este niño, se encuentra en la repercusión del post de su padre: casi 3.000 'me gusta', y casi 800 comentarios de apoyo. Uno de los más destacados ha sido el siguiente: "Descansa en paz, pequeño"