El doble medallista olímpio húngaro Szilveszter Csollany ha muerto a los 51 años de edad como consecuencia de la Covid-19, según informaron los medios locales. El gimnasta había mantenido una postura antivacunas que exhibía en sus redes sociales.
Antes las restricciones impuestas en Austria, finalmente accedió a recibir las dosis, pero llegó tarde: su negativa le llevó a inmunizarse tarde, hasta el punto de que no había conseguido los anticuerpos suficientes cuando enfermó de coronavirus.
Csollany contaba con un amplio historial deportivo a sus espaldas. Fue campeón de Europa de anillas en 1998, plata en los juegos de Atlanta de 1996 y campeón olímpico en los Juegos de 2000. Su fama en Hungría era amplia, hasta el punto de haber participado en algún reality, aunque residía habitualmente en Austria, donde trabajaba con niños en un centro deportivo.
Se vacunó tarde
Fue su residencia en Austria la que terminó por llevarle a recibir una dosis de la vacuna contra el coronavirus, a pesar de su postura en contra de la inmunización. La normativa del país le obligaba a inocularse las dosis para desempeñar su trabajo.
Sin embargo, lo hizo tarde. Este hecho le impidió desarrollar la inmunidad suficiente para luchar contra la enfermedad, que había contraído el pasado mes de diciembre y por la que tuvo que ser sometido a asistencia respiratoria durante el tratamiento.
Fue el pasado 3 de diciembre cuando ingresó con neumonía en un hospital de Sopron. Su estado empeoró gravemente y fue trasladado a un hospital de Budapest. Poco a poco, su estado de salud empeoró y pasó a crítico, hasta que finalmente se produjo su muerte.
Csollany tenía en su haber la Cruz de oro al Mérito de la República de Hungría y la Cruz Oficial a la Orden del Mérito. Con su fallecimiento, muchos compañeros se han preguntado si podría haber recibido mejor tratamiento en vida, puesto que pasó sus últimos años con varias dificultades personales.