Samantha Wendell, una técnica quirúrgica de 29 años residente en Kentucky (Estados Unidos) estaba prometida y esperaba casarse la próxima semana. Sin embargo, no recibió la vacuna contra el coronavirus después de que varios compañeros de trabajo le indicaran falsamente que causaba infertilidad.
Sin estar inmunizada, contrajo la enfermedad y finalmente terminó falleciendo la semana pasada, según recoge el diario Daily Star La joven quería tener tres o cuatro hijos y estaba desanimada por el miedo a que la vacuna afectara a su capacidad reproductiva.
En su caso, el hecho de contraer el coronavirus fue letal, puesto que no presentaba condiciones preexistentes. Los científicos dicen que no hay absolutamente ningún vínculo entre la infertilidad y cualquiera de las vacunas contra la Covid actualmente aprobadas.
Los CDC han advertido a las futuras madres preocupadas por este hecho que las vacunas son totalmente seguras para ellas. "Las vacunas son seguras para las personas que están tratando de quedarse embarazadas ahora o que podrían quedarse embarazadas en el futuro, así como para sus parejas", explica.
Tendrá un funeral en la misma iglesia en la que iba a contraer matrimonio
La joven finalmente tendrá su funeral en la misma iglesia en la que iba a contraer matrimonio y donde sus padres se casaron hace décadas. Trágicamente, Samantha pasó el día de su boda, el 21 de agosto, con un respirador y murió poco más de 15 días después.
"La desinformación la mató. Si podemos salvar más vidas y vidas de familias, entonces este es el regalo que ella nos dejó para entregar", comentó la prima de la fallecida, Maria Vibandor. Poco antes de contraer el virus, Samantha Wendell finalmente decidió vacunarse y reservó su cita, pero fue demasiado tarde.
Apenas unos días antes de dicha cita, Samantha regresó de su despedida de soltera con tos y falta de aire. Ante los síntomas, ella y su pareja, Austin Eskew, se realizaron una prueba por la que dieron positivo en la enfermedad.
La madre de la sanitaria dijo entonces que su hija incluso pidió que la vacunaran antes de que le pusieran el ventilador, el 16 de agosto. "Me pesa mucho el hecho de que esto se haya podido evitar fácilmente", señaló Jeaneen Wendell.