Carlos Alberto Gómez Matallanas (1981-2021) ha muerto este martes 9 de marzo a causa de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) contra la que luchó sin descanso hasta el último minuto. Siempre ligado al fútbol, primero como jugador, después como periodista, la ELA se convirtió en su mayor rival al que combatió y quiso dar visibilidad.
En octubre de 2014, el propio Carlos Matallanas había anunciado el diagnóstico de la enfermedad. Desde ese momento, se convirtió en uno de los principales referentes de la lucha contra la ELA en España, sobre todo por la visibilidad que dio a esta patología.
Hoy nos ha dejado Carlos Matallanas, un gran atlético y ejemplo para todos por su coraje y corazón. Mandamos todo nuestro ánimo a su familia y amigos en estos duros momentos. DEP. pic.twitter.com/ioJy09GdvB
— Atlético de Madrid (@Atleti) March 9, 2021
Nacido en el madrileño barrio de Carabanchel, el exfutbolista pasó por los equipos de Alcobendas, Rayo de Majadahonda y varios equipos de Cádiz, donde residía en la actualidad. Posteriormente, trabajó como periodista en varios medios, como el Diario AS o El Confidencial.
En este último diario, donde llegó a ejercer como responsable de la sección de deportes, contó en 2014 que la ELA había llegado a su vida para quedarse. Matallanas quería mostrar la dureza de la enfermedad y se esforzó en impulsar iniciativas solidarias para ayudar en mejorar la investigación.
Sus libros
En plena batalla contra la ELA, continuó como periodista, desarrollando columnas en el diario AS y, a través de los libros que fue preparando, fomentó su faceta como escritor, sin verse limitado por las secuelas que iba produciendo la enfermedad en su organismo.
Su primera publicación, 'Mi batalla contra el ELA', responde a un compendio de artículos que escribió en el diario El Confidencial sobre la enfermedad que estaba sufriendo. Posteriormente, Matallanas había publicado el que sería su segundo libro, 'La vida es un juego. Estrategia para Mario y Blanca'. Sobre este escrito, afirmó en la presentación: "He podido recordar en sus páginas las razones por las que sigo peleando".
Ahora, a sus 39 años, finalmente no ha podido vencer la batalla contra la ELA. Sin embargo, queda para siempre su lucha incansable por visibilizar la enfermedad y, sobre todo, por lograr más recursos para que las generaciones venideras puedan enfrentar esta patología con una mejor esperanza.