Una bebé de dos años ha muerto tras caer en una olla con agua hirviendo en la aldea de Grygorivka, en Ucrania. Los padres decidieron no llevarlo al hospital. En vez de ello, optaron por un curandero, una opción que finalmente no sirvió de nada.
Los hechos ocurrieron cuando la niña, Lesya Gorova, estaba jugando con su hermano gemelo y con su hermana mayor de cuatro años. En ese momento, la niña se resbaló y cayó en una olla llena de agua hirviendo que los padres habían dejado en la cocina.
Como consecuencia de estos hechos, la pequeña sufrió quemaduras graves, según The Sun. Los informes explican que la madre, Dasha Gorova, de 18 años y el padre, Ivan Gorov, no quisieron llevarla al hospital y decidieron tratarla con remedios a base de hierbas.
Cuando la abuela fue a visitar a la familia, la bebé llevaba sufriendo durante cinco días. Cuando la vio, quedó conmocionada y se preocupó por el estado de la niña. Fue en ese momento cuando se la llevó al servicio de Urgencias del hospital.
lesa fue ingresada con graves quemaduras en las piernas, espalda y el estómago. Aunque los médicos hicieron todo lo que pudieron por salvarla, ya era demasiado tarde. La pequeña murió el 2 de agosto, casi diez días después de haber ingresado en el hospital.
Los padres enfrentan un delito de asesinato premeditado
La policía investiga actualmente si los padres cometieron un delito de asesinato premeditado por estos hechos. Los sospechosos podrían acabar ingresados en prisión durante 15 años si finalmente son declarados culpables.
Los agentes están aclarando si los padres intentaron encubrir el accidente para no ser acusados.