Tras mucho pedir, mucho llorar y mucho patalear en redes sociales, ese megáfono dirigido a la nada del siglo XXI, Netflix por fin decidió coger sus bártulos y mudarse a España hace ya unos meses, con todo el bombo y platillo imaginable. No es para menos: Junto a Netflix nos llega el "Netflix and chill" (traducido como "Netflix y mantita" para los más puritanos y como "Netflix y chillar" para los más interesados en el ayuntamiento carnal) y un catálogo extenso lleno de viejos conocidos y de series de las que no habíamos oído hablar. Y, además, la eterna pregunta de todo el que se ve abrumado con tantas posibilidades: "¿Y ahora qué veo?".
Dejando aparte a senadores corruptos, señoras en cárceles, superhéroes ciegos y detectives con superfuerza, desde Los Replicantes te queremos recomendar una serie de dibujos animados desconocida, algo escondida en el catálogo de Netflix, pero que es una de sus mayores joyas. Imagina a Indiana Jones descubriendo un templo oculto en mitad de la selva: Pues te sentirás igual, pero con un caballo drogadicto y depresivo en lugar de con grandes riquezas. ¡Estos son nuestros nueve motivos por los que quieres ver 'BoJack Horseman' (pero todavía no lo sabes)!
1 Por la complejidad del protagonista
BoJack Horseman era la estrella de una serie de televisión de los 90, "Horsin around" (una especie de "Padres forzosos", solo que con caballos en lugar de con adictos al caballo). El problema es que han pasado más de veinte años, y BoJack es ahora un actor fracasado que vive en su mansión sin ningún tipo de interés por nada más que por él mismo. Nuestro héroe es un personaje despreciable, cínico, triste, metido en una depresión de caballo (¿eeeeh?), olvidado por todos... Y, aún peor, es perfectamente consciente de todo y no sabe qué hacer para cambiarlo. Tener trabajo le da igual: solo quiere volver a ser querido, por lo que accede a que escriban una biografía sobre él... Y aquí es donde empieza el lío introspectivo. Y es que BoJack solo quiere volver a ser normal. Pero no sabe cómo. No sabe si puede.
Como véis, esta es una comedia desopilante sobre el papel, ¿verdad? Demonios, sí, lo es. Una comedia sobre la depresión. Si esto no hace que corráis a verla, ¿qué puede hacerlo?
2 Porque, pese al drama, es decididamente humorística
El primer punto ha sido una bajona absoluta, sí, pero fiaros de nosotros: os vais a reír mucho con 'BoJack Horseman'. Pocas series han tenido tantos detalles en los que fijarse, tantos juegos de palabras y tantos chistes por minuto. Es más, premia al espectador más avispado de la misma forma que lo hacía 'Arrested Development': Con una continuidad cuidada al milímetro, chistes de fondo que al final resultan importantes en la trama y running gags con los que es imposible no soltar una carcajada cada vez que ocurren.
El humor de esta serie, entre lo realista y lo estrafalario, entre Monty Python y Los Teleñecos, no os dejará indiferentes. No habrá episodio en el que no soltéis un mínimo de tres o cuatro risotadas de las que escuchan hasta los vecinos. Aunque, eso sí, en varias de ellas notaréis el sabor de las lágrimas mientras abrís la boca...
3 Porque, pese al humor, es decididamente dramática
¿Habéis escuchado hablar de las "dramedias", esa mezcla de drama y comedia que tanto se lleva hoy en día en Hollywood para intentar gustar desesperadamente a todos los targets? Nadie imaginaba que la serie que conseguiría perfeccionar el género hasta las últimas consecuencias contaría las desventuras de un caballo actor en un mundo plagado de animales parlantes. Y, sin embargo, lo es. Los primeros seis episodios de 'BoJack Horseman' (los más flojos, por otra parte, nada que ver con el resto de la serie) solo dejan entrever un poco de amargura entre la comedia pura y dura. A partir de entonces es donde llega la pochez sin cortapisas: Antiguos amigos con cáncer terminal, traiciones, soledad, depresión, malas decisiones y la imposibilidad de cambiar de vida son solo algunos de los temas que veremos en la serie. Vamos, tan ideal para ver con niños como "Deadpool". Pero cambiando la sangre y los tacos por angustia existencial y Prozac.
Una vez pasas por los primeros episodios de la serie, que sirven para mostrarte el mundo de BoJack y ofrecer una sátira más o menos acertada de Hollywoo (no, no es una errata), la serie se lanza a la piscina ofreciéndonos tristeza, depresión y amargura en el mismo recipiente que las carcajadas y los juegos malos de palabras. Fifty-Fifty. Y lo que no debería funcionar sobre el papel, funciona a las mil maravillas, como un puzzle en el que encajan todas las piezas a la primera. Con lo difícil que es eso.
4 Por sus secundarios
Un perro optimista que también era una antigua estrella de telecomedias (y, de hecho, el competidor natural de BoJack); su novia, negra de otros escritores y que escribe la biografía de BoJack; la agente y novia de nuestro protagonista, una gata adicta al trabajo que debe encontrar la importancia de la vida personal; un fracasado de 24 años que vive en el sofá de BoJack y le ayuda en sus aventuras con una total falta de sentido común; una antigua actriz infantil adicta a las drogas y al alcoholismo; una directiva de Hollywood que ha pasado 30 años en coma y se reincorpora al trabajo... Ningún personaje de la serie se queda en la simple caricatura: Todos tienen una personalidad muy definida, interesante y viva. Todos lidian con sus propios problemas, todos tienen un arco de personaje. Todos intentan ser felices de forma desesperada. Todos y cada uno te van a interesar.
Y, la verdad, cada uno daría para un artículo propio. Entre la comedia involuntaria de Mr. Peanutbutter y la soledad existencial de Diane, pasando por la necedad de Todd y la necesidad de amor de Princess Carolyn, los personajes secundarios son el verdadero alma de 'BoJack Horseman' y un acompañamiento perfecto para el alma desolada de su protagonista. Ah, sí: ¿Hemos dicho ya que es una comedia?
5 Porque es una comedia sobre la depresión
Habrá a quien le parezca que esto es un insulto, una chanza o un intento de banalizar una enfermedad, pero no lo es. Al contrario, al hablar de la depresión con tanta naturalidad, la serie elimina prejuicios a golpe de apisonadora normalizando una enfermedad de la que no se suele hablar. A esto ayuda el cinismo imperante de BoJack, que acepta sus problemas con todo el alcohol que pueda meterse en el cuerpo, negación de la realidad y cientos de comentarios hirientes hacia sí mismo y hacia los demás (¡oh, nuestro héroe!). Te ríes de lo miserable que es, sin dejar de ser nunca un personaje real. Lo que tiene mérito para ser un caballo parlante humanizado.
BoJack trata de ser feliz. Lo intenta muy fuerte y fracasa, como todo el que alguna vez ha estado metido en una depresión. Sabe que le queda mucho camino por delante, y que es difícil, pero el premio merecerá la pena más que cualquier trabajo (incluso más que la ansiada película de "Secretariat" que protagoniza, que, como todos sabemos, no es "Ciudadano Kane"): Sentirse bien consigo mismo y ser mejor persona.
6 Por el reparto de voces
En versión doblada al español no os podéis esperar grandes voces de doblaje (pero sí españolizaciones en las que nombran, por ejemplo, a Jordi Évole. ¡Ole esa España nuestra!). Por eso os tenemos que recomendar fervientemente la versión original. Tomad nota: Will Arnett (Gob en "Arrested Development" y un experto doblador de animación en films como "La LEGO Película"), Alison Brie (la maravillosa Annie en "Community", Trudy en "Mad Men" y protagonista de películas como "Sleeping with other people"), Aaron Paul (el eterno Jesse de "Breaking Bad", al que también vimos en "Need for Speed" o "Exodus"), Stanley Tucci (nominado al Oscar por "Desde mi cielo" y al que hemos visto en cientos de películas, desde "Capitán América 2" a "La terminal"), Lisa Kudrow (la inolvidable Phoebe de "Friends"), JK Simmons (el profesor de "Whiplash" y el mejor J. J. Jameson de la historia en "Spiderman")... ¿Os parece poco?
Pues preparaos para los cameos, perfectamente identificables: Anjelica Huston, Paul McCartney, Daniel Radcliffe (riéndose mucho y bien de sí mismo), Ricky Gervais, Amy Schumer, Naomi Watts, Joel McHale, Weird Al Yankovic... Si lo vuestro es cazar estrellas, en esta serie os vais a poner las botas.
7 Porque te vas a identificar
Podemos hacer mil tests tontos para saber a qué personaje de 'Friends' nos parecemos, pero no necesitamos ninguno para saber qué personaje de 'Seinfeld' somos: Todos (sí, tú también) somos George Constanza. Aunque nadie lleve las ideas hasta las últimas consecuencias, es imposible no verse reflejado en la mezquindad y el egocentrismo de George. Y lo mismo pasa con 'BoJack Horseman': Saca nuestro peor lado, nos lo enseña cual espejo de nuestros mayores temores y nos obliga a identificarnos. En algún lado entre el narcisismo deprimente de BoJack, el nihilismo absurdo de Mr. Peanutbutter y el vacío existencial de Diane nos hemos encontrado en un momento u otro de la vida. Inevitablemente.
No faltarán escenas en las que puedas decir "He estado ahí" o, de hecho, "Estoy ahí". Como revulsivo sirve muy bien. Como forma de descubrirnos a nosotros mismos también. Como depresor automático, la verdad, también. Pero vamos a ver, ¿hay algo que esta serie no haga bien? ¿Queda algo más que meter en la batidora de virtudes?
8 Es la parodia definitiva de la cultura pop
Programas de famosos presentados por, literalmente, "Un tipo a lo Ryan Seacrest", un musical llamado "Virgil Van Cleef presenta a BoJack Horseman Presenta El Ascender de Newtopia. Libro 1: La Búsqueda De Una Nueva Utopía. Una obra de Todd", películas como "Catsablanca" (protagonizada por gatos) o el maravilloso programa "Estrellas y famosos de Hollywoo: ¿Qué saben? ¿¿Saben cosas?? ¡Averigüémoslo!" son solo algunas de las bromas más obvias de 'BoJack Horseman'. El resto, desde los pingüinos editores de libros viviendo en la pobreza hasta los productores de cine que tienen muy claro que su película no es, literalmente, "Ciudadano Kane", tendréis que descubrirlo vosotros. Y si no os enteráis de estas parodias porque estáis totalmente fuera de la cultura pop, no pasa nada: La serie es igualmente disfrutable.
Eso sí, preparad el botón de Pausa: La mayoría de estos chistes son difíciles de ver porque duran apenas segundos en la pantalla y de fondo en estanterías o colgando de las paredes. Es una dura pero feliz recompensa.
9 Por el episodio 2x11
Cuando ya llevas un tiempo viendo 'BoJack Horseman', esperas que el personaje evolucione, deje su situación actual atrás y cambie para mejor, como un gusano convertido a, bueno, caballo. Para ello, BoJack decide enfrentarse a su pasado en el que, sin duda, es el mejor episodio de la serie. Un episodio en el que no paras de animarle desde el sofá, en el que crees que va a conseguir salir adelante por fin y en el que se revela como quien realmente es y, aún más importante, en el que llega al punto más bajo y mezquino de su vida. Uno de los mejores episodios de televisión del año pasado. Y en un mundo que nos dio 409 series americanas solo el año pasado, solo podemos quitarnos el sombrero. Uno metafórico, no hace falta que rebusqueis en el armario, caray.
24 episodios, un especial navideño y una tercera temporada en camino. ¿Os atrevéis con esta joya oculta de Netflix? No es "Ciudadano Kane", eso está muy claro, pero os encantará. Fiaros de nosotros.