Íñigo Errejón ha acaparado nuestra atención desde que entró en la vida política. Tal vez sea esa cara de niño bueno, su alucinante parecido con Chicken Little, o esa mirada imberbe que nos recuerda a la que teníamos en nuestro primer examen de universidad. Lo que está claro es que no se puede pensar en el número 2 de Podemos sin que nos entren ganas de prepararle una sopita y contarle unas historias marxistas hasta que se duerma.
Es por eso que todos, en el fondo de nuestro corazón, hemos acabado formando parte del fandom de los 'errejoners' casi sin ser conscientes de ello. Unos lo ven como un sex symbol (junior, claro), otros como un cachorrito indefenso y otros como un político aniñado con el que se puede hacer chistes y ganar un par de seguidores en Twitter. Sea como sea, el secretario de política de Podemos se ha ganado un hueco en el corazoncito de muchos de nosotros.
1 Es el yogurín del Congreso
Por lo menos, en apariencia física (hasta que llegó el bebé de Carolina Bescansa). Los chistes sobre su edad se han convertido en el pan de cada día en las redes sociales y hasta entre los propios miembros de su partido. Pero Íñigo es un niño grande y acepta sin un ápice de ira acumulada su estatus como político junior. Al menos, de momento. Veremos cuando llegue a la rebeldía de la adolescencia.
2 Todos sabemos que Pablo es su canguro
Es muy cuqui imaginarse a Pablo Iglesias acompañándole el primer día al Congreso, preparándole un bocata de chóped mientras le dice que lo esconda bien en la cafetería a la hora del recreo, no se lo vaya a quitar Pedro Sánchez. No hace mucho, el líder de Podemos ya dejó ver su vena de padrazo en un desayuno informativo, donde ayudó a Íñigo a limpiarse un poco de (seguramente) Cola Cao de bigote.
3 Nos cautivó con la foto del coche
"¿Irá al Viña?". "¿Por qué no va con la sillita ajustable en el asiento de atrás?". El pobre Íñigo fue el blanco de las bromas con su edad hasta en un sencillo viaje en coche. ¿Que parece su primera excursión del cole? Claro que sí, pero él no tiene la culpa.
4 Se hace el fuerte y cambia el Cola Cao por el café
A pesar de que Pablo Iglesias confesó que el baby de Podemos se pidió café en uno de sus desayunos, todos sabemos que Errejón en el fondo no puede pasar sin su vasito de leche calentita con Cola Cao. De hecho, es muy probable que el acuerdo de Izquierda Unida y Podemos incluya que los gatos de Garzón se muden al piso de Iglesias y que pongan una máquina Cola Cao para Errejón en la sede de IU.
5 "¿Entonces, Pablo, esto es tirar la caña?"
6 Se sube las gafas para decir algo importante
En las pelis americanas, los personajes se ponen de espaldas, miran por la ventana hacia el infinito y sueltan algo lapidario. Errejón, no. Errejón se ajusta las gafas como el listo de clase cuando miraba la pizarra y se disponía a resolver el problema de mates.
7 Su cara de preocupación es la misma que cuando acababas de entrar a un examen
Cualquier gesto de preocupación de Íñigo Errejón se convierte, a los pocos minutos de ser capturado en una foto, en su perdición. El pobre Íñigo se ve condenado a vivir en una adolescencia perpetua en la que los exámenes sorpresa de Conocimiento del Medio o la llegada de las notas del primer cuatrimestre son los motivos de su gesto contrariado. Pero, ¿y lo que va a fardar cuando, con 80 años, aparente 22?