Los doctores Hu Weifeng y Yi Fan, ambos de 42 años, se contagiaron por coronavirus mientras trabajaban en el Hospital Central de Wuhan durante las primeras semanas de la epidemia, precisamente en el epicentro del brote, en la provincia de Hubei.
Ambos terminaron infectados y empezaron a experimentar síntomas graves de la enfermedad, por lo que finalmente fueron ingresados, como relata la cadena estatal china CCTV. Ambos fueron trasladados, primero, al Hospital Pulmonar de Wuhan y posteriormente al Hospital Tongji, donde estuvieron conectados a una máquina de soporte vital durante 39 y 45 días respectivamente.
Su estado era especialmente grave, como certificaba el tipo de maquinaria que se empleó para garantizar su supervivencia: máquinas de oxigenación ECMO, utilizadas para reemplazar la función del corazón y los pulmones bombeando directamente oxígeno hacia la sangre.
La piel fue oscureciéndose progresivamente
Poco a poco y a medida que el tratamiento progresaba, la piel de ambos médicos empezó a oscurecerse de manera progresiva. Los médicos no podían explicarse la situación porque, aparentementre, el estado de salud de ambos no estaba empeorando (de hecho, uno de ellos estaba recuperándose).
En el reportaje de CCTV, grabado el pasado 6 de abril, Yi ya se había recuperado significativamente del coronavirus, pero su compañero no. Sin embargo, hay algo que no pasó desapercibido: la piel de ambos se había oscurecido hasta tal punto que era completamente negra.
El doctor Zhan Qingyuan, que ha tratado a ambos pacientes, explicó qué había sucedido: había proporcionado a ambos un medicamento, la cloroquina, que había dañado seriamente sus hígados, hasta el punto de generar desequilibrios hormonales que se habían traducido en la pigmentación de su piel. Se trata de la ictericia, un síntoma del daño hepático que torna la piel y los ojos en color amarillo, aunque el tono marrón suele ser muy poco habitual.
La cloroquina había sido indicada como positiva para el tratamiento de la enfermedad, aunque este caso abre dudas sobre la verdadera conveniencia de este medicamento. Los médicos esperan ahora que la piel de ambos vuelvan a la normalidad en cuanto los niveles hormonales se reajusten.
Ambos pacientes eran compañeros de Li Wenliang, muerto por coronavirus después de ser castigado por las autoridades por alertar, en las fases iniciales, de la aparición de un nuevo coronavirus. Un castigo por el que las autoridades del país asiático terminaron disculpándose.