La gran capacidad de contagios que ha demostrado la variante ómicron y la disponibilidad de los test de antígenos han creado un 'cuello de botella' que se ha mostrado en falta de stock en farmacias y precios disparados. Este último factor ha llevado al Gobierno a imponer un límite de 2,94 euros por unidad, aunque España sigue siendo uno de los países más restrictivos del entorno en cuanto a la distribución de este material.
Este tipo de test de autodiagnóstico se puede comprar, por ejemplo, en supermercados fuera de nuestras fronteras. Por ejemplo, Mercadona sí vende este producto en Portugal a 2,10 euros la unidad, mientras que en Alemania Aldi los comercializa a 1,79 euros.
Pese a que la Navidad ya ha pasado y, con ello, ha disminuido considerablemente su demanda, el Gobierno ha fijado el límite de precio de 2,94 euros, pero mantiene la exclusividad de venta en las farmacias. ¿Por qué no se abre a otros establecimientos?
La explicación del Gobierno
La ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, ha sido quien ha fijado el criterio del Ejecutivo en este aspecto: "Por seguridad y garantía de los ciudadanos, el Gobierno solo confía en los distribuidores farmacéuticos y los colegios profesionales", ha señalado.
El criterio del Ejecutivo es que este tipo de test de autodiagnóstico, como dispositivo farmacéutico, necesita de la información pertinente por parte de un profesional, como un farmacéutico o, en su defecto, un sanitario. Por ejemplo, a la hora de explicar cómo se debe de realizar correctamente la prueba para evitar falsos negativos. El criterio del Gobierno es claro: en supermercados, no se ofrece este valor añadido.
Mercadona también se ha pronunciado en respuesta a varios usuarios, que han reclamado que venda en España los test de antígenos que ya está distribuyendo en sus establecimientos de Portugal: "La legislación portuguesa permite la venta, mientras que en España está reservada a farmacias", ha señalado.
Mientras tanto, la patronal de los supermercados, ACES, que engloba a grandes cadenas del sector como El Corte Inglés, Carrefour o Ikea, mantiene su petición de que los test puedan venderse en su red de miles de establecimientos comerciales alrededor de toda España. Una posibilidad que el Gobierno descarta por ahora.