Habitualmente, relacionamos los países con sus fronteras territoriales más cerradas, más uniformes. Sin embargo, es habitual que los territorios se extiendan más allá por factores históricos como guerras, acuerdos o conquistas territoriales.
Rusia es un país muy singular por todo tipo de características, especialmente por consolidarse como el país más grande del mundo en extensión territorial. Son más de 17 millones de kilómetros cuadrados con puntos que se extienden por el Lejano Oriente, el Cáucaso e, incluso, en pleno corazón de Europa.
En este último punto se encuentra el óblast de Kaliningrado, que cuenta con una posición privilegiada para Rusia, ya que se encuentra localizado entre Polonia y Lituania, en las costas del Mar Báltico y, como se ha visto en esta crisis, incluso haciendo sombra a países como Suecia.
Se trata de un territorio que pertenece a Rusia desde la anexión en 1945 al país y que cuenta con un lugar destacado en la desembocadura del río Pregel, que termina en el lago del Vístula, que se encuentra comunicado con el mar Báltico, algo que da a Rusia un acceso marítimo entre países de la Unión Europea.
El proceso por el que Kaliningrado llegó a ser rusa
Este territorio fue lugar de múltiples combates durante la Segunda Guerra Mundial debido a que la zona pertenecía a la región alemana de Prusia, algo que cambiaría con las ofensivas de la URSS: tras la lucha contra los nazis en plena contienda y la firma del acuerdo de Postdam, el lugar pasó a ser una parte más de Rusia.
Es capital del óblast del mismo nombre, que ocupa 15.100 km² y tiene una población de 482.443 habitantes. Dicho óblast se encuentra aislado del resto del territorio ruso, con fronteras al norte y al este con Lituania y al sur con Polonia, ambas miembros de la Unión Europea (UE) y de la OTAN.
La ciudad fue denominada Kaliningrado en honor a Mijaíl Kalinin, uno de los fundadores de la URSS que presidió el Soviet Supremo entre 1938 y 1946. Tras la conquista se expulsó a los alemanes residentes en la zona y se llevó a cabo un proceso de rusificación bajo los valores propugnados por la Unión Soviética.
Silgos atrás, los caballeros de la Orden Teutónica se habían asentado también en este lugar y fundado la ciudad de Königsberg, actual Kaliningrado, en el siglo XIII, que se mantuvo bajo el dominio de la Orden hasta que finalmente pasó a estar bajo la órbita prusiana a partir del siglo XVI. Tiempo después, la ciudad se convirtió en la capital de Prusia Oriental, una región próspera dentro del Imperio alemán tras su unificación en el siglo XIX.
Tras la Primera Guerra Mundial, el territorio de la Prusia Oriental, junto con Königsberg, quedó aislado de Alemania por el corredor polaco, al igual que la ciudad libre de Danzig, hoy la ciudad polaca de Gdansk. Estos fueron uno de los motivos que los alemanes emplearon para invadir Polonia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue ocasionalmente bombardeada por la Fuerza Aérea Soviética, aunque estuvo alejada del desarrollo de la mayor parte de la guerra, hasta que la noche del 26 al 27 de agosto de 1944, fecha en que comenzó el bombardeo. Tres noches después, del 29 al 30 de agosto, un grupo de 189 Lancasters del N.º 5 Group arrojaron 480 toneladas de bombas en el centro de la ciudad. El Comando de bombarderos de la RAF estimó que el 20% de toda la industria y el 41% de las viviendas en Königsberg fueron destruidas.
El centro de la ciudad quedó prácticamente destruido. La antigua catedral del siglo XIV también sufrió daños durante el bombardeo. El Castillo de Königsberg, todas las iglesias de la antigua ciudad, la Universidad y las antiguas embarcaciones también sufrieron la misma suerte.
Las fortificaciones medievales repelieron exitosamente a las tropas soviéticas en la ofensiva de principios de 1945, pero finalmente, al quedar completamente aislada la ciudad de la Alemania nazi, las fuerzas alemanas se rindieron el 10 de abril, apenas un mes antes de que acabara la guerra y mucho después de que el resto de Prusia hubiese caído.
No sería hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando Kaliningrado pasaría a formar parte de la URSS. Tras la firma del acuerdo de Postdam, el territorio de Prusia Oriental quedó dividido en tres partes: una para Polonia, otra para Lituania (entonces República Socialista de Lituania, parte de la URSS) y otra para Rusia. La ciudad de Königsberg, controlada por Moscú, pasó a ser el óblast de Kaliningrado, nombrada así por Mijaíl Kalinin, uno de los fundadores de la URSS y presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS entre 1938 y 1946.
Una zona de tensión
El hecho de establecerse como una región rusa inmersa en pleno territorio OTAN y UE ha hecho que sea un escenario de alta tensión. Cabe recordar que Kaliningrado está completamente separada del resto del país. El emplazamiento cuenta con todos los avances militares rusos, incluidos misiles para contrarrestar el poder militar de los miembros de la Alianza Atlántica.
El Gobierno de Lituania ha pedido ayuda adicional a la UE para financiar un incremento de seguridad en el corredor que enlaza el enclave de Kaliningrado con el resto de Rusia al sur de esta república báltica en plena invasión a Ucrania. Lituania teme que el tránsito de trenes se emplee para el movimiento de tropas rusas, mientras que el país no olvida su importante posición geoestratégica.
Dicha zona se conoce como corredor de Suwalki y se considera de importancia estratégica porque es la comunicación con Polonia y el resto del territorio de la UE y la OTAN que tienen los países bálticos. Cualquier movimiento de tropas por tierra para reforzar las defensas de Lituania, Letonia o Estonia tiene que cruzar ese corredor, algo que en la actualidad podría estar en riesgo.
Además, cabe destacar la presencia de cierto armamento en la zona que puede comprometer la seguridad. En Kaliningrado se han podido ver distintos sistemas como el Iskander-M que puede penetrar las defensas enemigas. Rusia, desde Kaliningrado, podría alcanzar todas las repúblicas bálticas y dos tercios del territorio polaco, algo que la UE y la OTAN sospechan, con explosivos convencionales, y también con ojivas nucleares.