El ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, pudo esquivar la orden de detención emitida por el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, por un delito de malversación, tras su última visita a Barcelona.
Fue el pasado 8 de agosto, cuando Puigdemont irrumpió en la ciudad condal con motivo de la investidura de Salvador Illa. En pleno Arco del Triunfo, concedió un mitin e instó a sus seguidores a dirigirse hacia el Parlament, pero ni siquiera llegó a emprender el camino y se fugó en un coche propiedad de un agente de los Mossos. El vídeo con la matrícula circuló después por redes sociales hasta que finalmente se anunció su detención.
Los Mossos rápidamente anunciaron la activación de la operación Jaula para detener al ex president, al que no ampara la ley de amnistía en sus delitos de malversación, sin embargo, la acción de la policía catalana fue inútil y pudo abandonar el país.
"Errores técnicos y formales"
Los Mossos ahora han concluido una investigación interna en la que reconocen que se cometieron "errores técnicos y formales" en el operativo policial, como aparece reflejado en el informe entregado al juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.
Los agentes del cuerpo narran en su escrito que el ex presidente catalán generó "una situación de confusión policial" e "incertidumbre" que facilitó la fuga al "distraer la atención policial". Además, afirman que se desarrolló un "engaño orquestado" de Puigdemont y su entorno.
??#ÚLTIMAHORA | Los Mossos buscan un Honda HRV blanco en el que podría haber huido Puigdemont https://t.co/ZYimN2b7tb pic.twitter.com/PpbbShi7cA
— Los Replicantes (@los_replicantes) August 8, 2024
En el escrito que firma el comisario jefe Eduard Sallent, se reconoce que la posterior fuga de Puigdemont "no era una posibilidad" que tuvieran en cuenta los Mossos y que todo el dispositivo fue diseñado exclusivamente planteando que iba a caminar hacia el Parlament.
De este modo, consideran que se realizó una "maniobra de distracción" organizada por "colaboradores próximos" al ex presidente. Los agentes explican que todo ocurrió muy rápido, en referencia al momento en el que Puigdemont se baja del atril, se pone una gorra, camina en pleno paseo repleto de personas, llega a un coche y recorre la ciudad hasta abandonarla.
Los Mossos también destacan la poca colaboración desde el Parlament para inspeccionar las dependencias. Dicha autorización se fue posponiendo, alegando una petición por escrito del comisario jefe al presidente de la cámara, Josep Rull, hasta que se rechazó por falta de personal para acompañar a los policías.
