Según la sentencia revelada por el diario Daily Breeze, dos monjasde laEscuela Católica St. James, en Redondo Beach, California, habrían gastado supuestamente medio millón de dólares en viajes y casinos. La cifra, que supone el análisis de seis años de las cuentas bancarias, era propiedad de la escuela en concepto de matrículas, cuotas y donaciones.
El escándalo, que salió a la luz a finales de noviembre de 2018, se centra en dos hermanas que se habían jubilado a principios de año: Mary Margaret Kreuper, que fue directora del centro durante 28 años, y Lana Chang, profesora por más de dos décadas. Según los padres de algunos de los niños que asistían a la escuela católica, las religiosas aseguraban que el colegio disponía de un presupuesto muy ajustado.
Los abogados de la institución afirman que, mientras avisaban de la precaria situación de la escuela, habrían estado malgastando el dinero en sus propias aficiones personales. Además, el análisis de las transaccionesbancariasno incluye el dinero en efectivo que hallan podido malversar.
La directora comenzó a ponerse nerviosa y a intentar cambiar los registros
El fraude se dio a conocer en el momento en el que se comenzó a revisar las cuentas, justo antes de la jubilación de Kreuper. La directora se empezó a mostrar "muy nerviosa y ansiosa" y pidió al personal de la escuela católica que cambiaran los registros.
Fue entonces cuando el sacerdote de la archidiócesis de Los Ángeles, Michael Meyers, se percató de que "algo estaba mal" y pidió una auditoría externa para investigar la economía del centro más profundamente.
Finalmente se llegó a una cuenta de la iglesia en el banco "olvidada por mucho tiempo" en la que sólo operaban ambas monjas. En ella estuvieron desviando cheques a nombre de la escuela durante más de diez años en concepto de 'matrículas'. "Sabemos que solían viajar a menudo, sabemos que frecuentaban casinos; y la verdad es que usaron la cuenta como su cuenta personal", aseguraba el abogado de la escuela.
La institución no presentó cargos contra las monjas ya que ellas afirmaron estar muy arrepentidasy aceptaron devolver el dinero, por lo que hicieron gala de sus principios cristianos y las perdonaron. Aún así, algunos padres que tenían matriculados allí a sus hijos han amenazado con tomar medidas legales contra ellos para que las monjas sean procesadas.