Mona Prince es una profesora de literatura inglesa que está decidida a presentar su candidatura a las elecciones presidenciales que se celebrarán en Egipto en 2018. Su anuncio, que ha sido objeto de burla por parte de los políticos tradicionales, se hizo a través de un vídeo en la red social Facebook en el que tomaba cerveza mientras desmenuzaba los principales problemas políticos del país.
Su grito de guerra hace un alegato en contra de la actual situación dictatorial: "¡No estamos condenados!". Prince ha llamado la atención debido a que no oculta lo que cualquier ser humano corriente hace en su vida diaria: fuma, bebe cerveza y comparte vídeos en los que aparece bailando que le ha costado un juicio disciplinario por parte de la universidad para la que trabajaba.
Una candidata inusual para un país ultraconservador
Prince asegura que ella es la candidata ideal porque rompe con la imagen de un presidente que todo lo sabe y que cualquier mandatario es un ser humano capaz de cometer errores. "Soy un ser humano, ¡y el presidente es un ser humano!" exclama en una entrevista a un medio.
La imagen que traslada de ella misma es la de una persona como cualquier otra. Asegura que ningún otro candidato se atrevería a publicar imágenes suyas mientras sostienen una copa de vino en sus manos aunque efectivamente bebieran alcohol. Además, afirma que con estas acciones no pretende promover el alcohol o el tabaco en la sociedad, sino que simplemente está siendo honesta con lo que hace en su vida diaria.
Soy un ser humano, ¡y el presidente es un ser humano!
Su controvertida vida la ha llevado a ser suspendida por la Universidad en Suez tras enseñar a sus alumnos el 'Paraíso Perdido de John Milton'. La institución la acusó de propagar ideas destructivas y glorificar a Satán. Además, por si no fuera poco, le abrió un juicio disciplinario tras haber colgado en Facebok un vídeo en el que aparecía bailando. Este hecho que sería insólito en cualquier país desarrollado y democrático le podría llevar a perder el empleo o, directamente, ser apartada de la carrera presidencial.
La mayoría de la prensa nacional se ha lanzado a criticarla y descalificarla por ser mujer. Por si no fuera poco, a este machismo tolerado por la sociedad egipcia se le une el rechazo que provoca por mostrar públicamente como vive una persona normal y corriente. Los medios la califican de indigna por colgar en Internet fotografías en bikini o realizando bailes asegurando que es impropio de una profesora.
Esta profesora universitaria asegura que las soluciones para los problemas que atraviesa el país vendrán de la mano de la educación y las artes como pilares básicos de las reformas.
Una carrera de obstáculos
En un país que ha atravesado una revolución en las calles, que tuvo unas elecciones democráticas reconocidas internacionalmente en 2012 y que vive sumido en el caos tras la deposición de su presidente electo Mohammed Morsi, presentarse a unas elecciones resulta toda una carrera de obstáculos. Y más aún cuando el actual presidente, Abdel Fatah al-Sisi, ganó las últimas elecciones con un 96% de los votos en el año 2014.
El objetivo principal de los candidatos es postularse a los comicios con la intención de generar debate y presentar una alternativa a la actual deriva dictatorial del país. Ganar, en realidad, no es una meta. Y más aún cuando varios posibles candidatos se han visto atacados desde las entrañas del poder para apartarlos de la carrera.
Khaled Ali, un abogado que se presentó a las elecciones de 2012 y obtuvo menos de un 1% de los votos, anunció que se postularía para las elecciones de 2018. Sin embargo, tras este hecho, se ha visto acusado de realizar un gesto obsceno en las puertas de un tribunal de El Cairo. El hecho fue capturado en una imagen realizada hace meses y que ha visto la luz justo en el momento preciso. Su "osadía" le puede costar hasta tres meses en prisión.
Otro candidato, Ahmed Shafiq, que perdió contra Mohammed Morsi en 2012, ha insinuado que se presentará el próximo año y que lo anunciaría en televisión. Sin embargo, aún no ha llegado el esperado anuncio. Incluso todavía continúa en el exilio en los Emiratos Árabes pese a que su nombre ya no aparece en las listas de enemigos declarados de los aeropuertos tras abandonar el país por sus vínculos con el ejército y el dictador derrocado Hosni Mubarak.
Una crisis que perdura
Egipto atraviesa una crisis económica, política y social desde hace años que no ha sido solucionada por el actual presidente. La oposición debe enfrentarse al poder del Estado para concurrir a las elecciones. Al menos 30.000 firmas de 15 provincias diferentes deben ser el aval que les permita apuntarse. Prince, la profesora que es criticada y alabada por su desafío a una sociedad machista y fundamentalista, asegura que tiene 110.300 seguidores en su página personal de Facebook.
Sin embargo, la carrera de obstáculos a la que se tendrán que enfrentar todos aquellos que se atrevan a desafíar el mandato del actual presidente, parece ser difícil. Y más aún cuando la educación ha cimentado y propagado las ideas religiosas y machistas en una sociedad ultraconservadora que aún está a años luz en muchos sentidos de las democracias avanzadas occidentales.