Por mucho que digamos, en ocasiones, que nosotros somos diferentes y que los cánones de belleza no nos afectan, esto no es verdad. Claro que nos afectan; por eso tratamos de perder lo que nosotros llamamos "esos kilos de más", o usamos camisetas más anchas de la cuenta para ocultar esos michelines que tanta vergüenza (innecesaria) nos dan, o por eso nos apuntamos al gimnasio cuando no nos gusta hacer deporte. Porque la sociedad nos ataca constantemente con esos estereotipos de belleza, totalmente irreales, que nos hacen creer que deberíamos ser de otra forma.
No somos más débiles o más fuertes por sentirnos más o menos presionados por los cánones de belleza impuestos; sencillamente hemos nacido en una sociedad en la que se nos ha enseñado que ser delgado está bien, y estar gordo está mal. Pero nosotros tenemos la oportunidad de abrir los ojos, ir más allá y decidir qué es lo que queremos para nuestro cuerpo.
Eso es algo que Iskra Lawrence sabe de sobra. Lawrence es una famosa modelo de veintiséis años que lleva toda su carrera luchando contra los cánones de belleza. Al tener unas caderas más anchas de lo que la pasarela marca, no entraría dentro de lo que conocemos tradicionalmente como modelo. No obstante, ella no ha consentido en ningún momento ser catalogada como modelo de tallas grandes, porque ni su peso ni su cuerpo están por encima de lo marcado como saludable.
Lawrence se ha hecho famosa por mostrarse siempre contraria a los retoques fotográficos, a ocultar lo que para la sociedad son "defectos", como serían las marcas de la celulitis. Aboga por la naturalidad, por aceptar cada cuerpo tal y como es, sin exigir unos cánones estrictos que marquen lo que debe ser aprobado y lo que no. En esta ocasión, para mostrar que su lucha es importante y que debe ser escuchada, Lawrence se ha desnudado en el metro neoyorkino mientras daba un discurso a favor de la diversidad corporal.
"Este cuerpo no es algo que deba ser sexualizado, es mi hogar"
Seguramente, esa mañana, ninguno de los pasajeros que se encontraban presentes en el vagón esperaran vivir una escena parecida. Quizás ninguno de ellos esperaba que una joven a la que no conocían de absolutamente nada pusiera palabras a las quejas que todos tienen en su cabeza, que todos se han planteado alguna vez.
"Hola a todos, no me conocen y yo no los conozco", empezaba Lawrence, tímida, dirigiéndose a su audiencia. "Quiero hablar de la relación más importante que tenemos en nuestras vidas, la que tenemos con nosotros mismos. Hoy quiero demostrar vulnerabilidad para que vean el viaje por el que he pasado con mi cuerpo, y cómo me siento hoy sobre mí misma. Así que me voy a desnudar para vosotros", explica. Justo en ese momento, comenzó a quitarse el vestido, para quedarse en ropa interior.
"Crecí odiando lo que veía en el espejo, porque la sociedad me decía que no era lo suficientemente buena. Pensaba que estaba mal no tener espacio entre los muslos, que estaba mal tener celulitis y no ser lo suficientemente delgada. Esos son los medios, es la sociedad, construyendo un estándar de belleza cuando somos mucho más que eso. Este cuerpo no es solo algo para sexualizar, para clasificar, algo que mirar, es mi vasija, es mi hogar, lo respeto". La modelo se mostró entusiasmada en todo momento, poniendo el corazón en cada una de las palabras que pronunciaba; probablemente su audiencia en el metro no fuera la más partícipe de todas las que hubiera podido escoger, pero ella se entregó igual.
"Por favor, cuando te mires al espejo en casa, no te fijes en tus inseguridades, no mires las cosas que la sociedad te dijo que no eran buenas. Porque eres mucho más que eso".
De esta forma, una vez más, alguien pone voz a todas las personas que han crecido sintiéndose insuficientes, sintiéndose rechazadas por la sociedad por su físico. Algo que, a fin de cuentas, no deja de ser un envoltorio, y que no es capaz de transmitir lo que realmente somos. "Podemos cambiar cómo nos vemos a nosotros mismos, podemos cambiar al no enjuiciar a los otros, y podemos fomentar todos los días esta hermosa relación que tenemos con nosotros mismos, que tenemos con nuestros cuerpos", finaliza la modelo, con la misma fuerza con la que empezó.
El vídeo completo está subido a YouTube, para que su discurso no se quede simplemente en aquellos pasajeros del metro, y podamos verlo todos. Dura menos de tres minutos, y merece la pena echarle un ojo. Su mensaje es algo que deberíamos tener presente todos los días de nuestra vida.