¿Isabel Díaz Ayuso vive sus últimas semanas como presidenta de la Comunidad de Madrid? Todavía es pronto para afirmarlo, pero eso es lo que pretende el PSOE, que intenta aprovechar el acercamiento con Ciudadanos para organizar la moción de censura que termine con 25 años de gobiernos populares en la región.
Todo apunta a que el propio Pedro Sánchez presentará un plan de Gobierno directamente a la líder nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas. El escenario es proclive: la relación entre socialistas y naranjas es más fluida que nunca y Arrimadas necesita imprimir un giro estratégico que evidencie el giro hacia el centro del partido, aquel que sabía pactar a izquierda y derecha.
La diferencia entre el talante moderado y dialogante de Gabilondo, además difieren de la estrategia comunicativa agresiva por la que parece haber apostado Isabel Díaz Ayuso, constantemente enfrentada con su socio de Gobierno, aparentando un acercamiento cada vez más fuerte hacia VOX y cargando todas las responsabilidades sobre su consejero díscolo, Alberto Reyero.
La petición del PSOE sería clara: una moción de censura en la Comunidad de Madrid, aunque el partido naranja siga apoyando al PP en otras comunidades autónomas como Andalucía, Murcia o Castilla y León. Los socialistas confían que esta dependencia en ejecutivos autonómicos, además de las coaliciones electorales en algunas autonomías, permitirían a Cs mantener los puentes con el PP.
"Gestión desastrosa"
La sombra de la moción de censura se quiere vender como una actuación urgente ante la "gestión desastrosa" de la Comunidad de Madrid que, entre otras cosas, instruyó a sus médicos para descartar la atención a pacientes vulnerables o mayores (excepto aquellos con seguro privado, a pesar de que en la crisis sanitaria todo el sistema estaba unificado bajo la batuta de la Consejería de Sanidad).
La sanidad madrileña ha evidenciado sus carencias estructurales tras años de recortes, mientras que Isabel Díaz Ayuso propone continuar con el proceso de privatizaciones, la próxima, en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
Sin embargo, la moción de censura no está asegurada en ningún caso. El vicepresidente Ignacio Aguado no quiere desalojar a Ayuso del poder y recuerda que su pacto de investidura incluye que él sería el líder del Ejecutivo regional si la presidenta se ve obligada a dimitir por algún tipo de escándalo.
Tampoco el líder de los socialistas en la Asamblea, Ángel Gabilondo, cree que ahora sea el momento para propiciar la caída de cualquier tipo de Gobierno cuando nos enfrentamos a la peor crisis sanitaria que se ha registrado en el último siglo.
Por tanto, este asunto se tratará en la próxima reunión entre Pedro Sánchez e Inés Arrimadas, que son líderes de sus respectivos partidos y actualmente exhiben una buena sintonía. El futuro de Ayuso está, en cierta medida, en el aire, aunque la moción de censura todavía está lejos de producirse.