Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad durante el gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy, permitió que un alto mando policial rastreara los teléfonos móviles sin supervisión judicial de al menos dos periodistas en el año 2015, según publica Cadena Ser.
Las conversaciones extraídas del WhatsApp de Martínez, incluidas en la investigación de la trama Kitchen, desvelan que se buscaban filtraciones que afectaran al partido. Esta investigación indaga en la supuesta trama del Ministerio del Interior para sustraer información sensible del extesorero del PP, Luis Bárcenas, que podría perjudicar a altos cargos de la formación. Martínez se limita a afirmar que "no recuerda" las conversaciones y niega que haya nada ilegal.
Esta conspiración de uno de los altos cargos encargados de velar por la seguridad del país y supervisar el cumplimiento de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, se realizó junto a Enrique García Castaño, el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía nacional. El espionaje trataba de interceptar los mensajes intercambiados entre los investigadores para llegar a la fuente que estaba ofreciendo esta información sensible que podía dañar a los cargos del partido.
Primer espionaje
En una de las primeras conversaciones, García Castaño le pregunta a Martínez quién había sido la persona encargada de filtrar a un periodista que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se había reunido con Rodrigo Rato, vicepresidente con Aznar e investigado por varios delitos.
Tras una conversación con el periodista encargado de las filtraciones, el alto cargo policial le dice al número 2 de Interior que no le cuadran las fuentes. "No hay más que mirar llamadas, se enteró al día siguiente" de la reunión entre el ministro y Rato. "Le voy a mirar esos días", añade García Castaño. Tras varios días desde esa primera conversación, él mismo confirma que está en proceso de averiguarlo. Sería unos días más tarde cuando averigua finalmente las fuentes del periodista a través de el jefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, José Luis Olivera, quién además le trasladará la información a Martínez personalmente.
Segundo espionaje
Pasan dos meses antes del segundo caso de escuchas de periodistas que se plasma en los chats de Francisco Martínez. Una vez más, García Castaño le informa a Martínez en un mensaje que un periodista le envió unos documentos y que el propio Castaño tiene motivos para creer que otro policía fue la fuente de la filtración.
"De todas formas estaré al tanto del número que les mande a su WhatsApp hasta el lunes", agrega el jefe de la UCAO. García Castaño podría identificar el número desde el que se enviaron los documentos al WhatsApp del periodista desde el lunes.
La actuación, al igual que la primera, es ilegal y vulnera derechos fundamentales como la intimidad, la información o el secreto de las comunicaciones. De formación, Francisco Martínez es abogado y economista. Fue elegido miembro de las Cortes Generales en 2004 como primer miembro de esta difícil oposición, demostrando que no es un novato en derecho.
García Castaño ya ha sido relacionado con varios delitos. Utilizó sus contactos en varias compañías telefónicas para poder obtener registros telefónicos sin un autorización judicial en su beneficio y en el del Partido Popular para la operación Kitchen.
Tercer espionaje
Existe un tercer caso relacionado con un periodista en el que se indaga sobre su sexualidad. El exjefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, el coronel Sánchez Corbí, elaboró un informe que le envió a Martínez sobre un reportero de Valencia que presuntamente había mantenido relaciones con jueces y fiscales que estaban investigando casos en contra del PP.
Ana Botella, la primera secretaria de Estado de Seguridad con Fernando Grande-Marlaska como ministro del Interior, ya estaba en el Gobierno de Pedro Sánchez cuando se revelaron los principales sospechosos de la policía política que, según el sumario del caso Villarejo, llevó a cabo este tipo de práctica, incluidos los comisarios Enrique García Castao o José Luis Olivera, entre otros, y el propio Corb, que fueron separados de sus cargos y apartados de los puestos de responsabilidad.
Al ser contactado por la Cadena Ser, Francisco Martínez, el exsecretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior ha negado cualquier irregularidad o seguimiento ilegal de los reporteros o cualquier otra persona. Afirma que no se acuerda de esas conversaciones de WhatsApp ya que ha pasado mucho tiempo y que carecen de contexto. El exjefe de la UCAO se ha negado a contrastar información.