El Gobierno se ha puesto las pilas en materia educativa. Alumnos y profesores mostraban su preocupación por la futura implantación de las reválidas y por su teórica paralización. Hoy podrán dormir tranquilos, ya que Méndez de Vigo ha anunciado la paralización del sistema de reválidas.
La prueba final de Bachillerato si servirá para entrar en la Universidad, pero no será un examen que incluya todos los conocimientos adquiridos en los últimos años, si no que tan solo abarcará asignaturas troncales de segundo curso y será muy similar a la selectividad. Las 'reválidas' de Primaria y ESO no serán para todos los alumnos, sino para una muestra escogida por las comunidades.
Según la consejera de Extremadura, este nuevo acuerdo alcanzado entre el gobierno y las Comunidades Autónomas supone la "eliminación de las reválidas como tal". Mientras, el portavoz del gobierno y ministro de educación, Méndez de Vigo, declaraba que es "un buen paso" para conseguir "obejetivos grandes", y es que esta medida será temporal, hasta que se alcance un gran pacto de educación.
Reválida de Primaria
La evaluación final de primaria no será obligatoria para todos los alumnos, si no que pretende ser una prueba de diagnóstico del sistema, por lo que no tendrá efectos académicos en los alumnos. Las Comunidades Autónomas serán las encargadas de escoger entre si quieren que se examinen todos los alumnos o solo una muestra.
Reválida de ESO
La ESO se regirá por el mismo sistema que Primaria, por lo que tampoco tendrá efectos académicos. Un punto clave de este nuevo acuerdo es lo que respecta a los alumnos de FP, que tampoco tendrán que realizar una prueba de ESO para conseguir el título de secundaria, serán los profesores quienes decidan si reúnen las cualidades para hacerlo. Además el título de ESO será el mismo a efectos académicos, independientemente de la vía que se haya utilizado para obtenerlo.
Reválida de Bachillerato
Los alumnos de 2º de Bachillerato pueden olvidar sus problemas. La prueba de este curso servirá para regular el acceso a la Universidad, pero será muy similar a la antigua Selectividad. Se sustentará sobre el examen de seis asignaturas troncales y se superará con una nota media de 4.
El Congreso de Ministros aprobará un decreto ley que incluya estos cambios, el cual deberá aprobar el Congreso en un plazo de 30 días. Seguramente obtendrá el sí, debido a la tónica imperante en los últimos días.
A pesar de que pueda parecer un paso hacia atrás del Partido Popular, el Ministro de Educación ha expresado su creencia en la "evaluación". También ha querido recalcar que estas medidas se han tomado con el objetivo de tranquilizar a la comunidad escolar, mientras se llega a un gran pacto educativo, y que seguirán luchando por mejorar el sistema educativo.
Las comunidades respiran tranquilas
El consejero de Educación de Asturias, Genaro Alonso, ha declarado que el acuerdo es un "éxito sin precedentes", al igual que el de Navarra, Luis Mendoza, que ha expresado su alivio y ha valorado el cambio de actitud de Educación, al dejar de lado las cuestiones "pretenciosas de la LOMCE".
Galicia y Canarias también han valorado sobremanera este pacto. Román Rodríguez, consejero de Galicia, ha recordado que su comunidad ya había demandado que la prueba de segundo de Bachillerato fuera igual que la Selectividad. Mientras, Soledad Monzón, consejera de Canarias, ha mostrado su satisfacción por ver los frutos de su "lucha" contra las reválidas.
Las únicas voces discordantes vienen de Cataluña y el País Vasco. El ministro Méndez de Vigo ha querido hacer una especial mención a Cataluña en su discurso, expresando el absurdo que supondría que esta comunidad hiciese una prueba propia para el acceso a la universidad, ya que nadie querría hacer un examen que no fuese válido para entrar en las demás universidades españolas. A pesar de esta declaración, el ministro ha negado un enfrentamiento con Cataluña, aunque la consejera de la comunidad, Meritxel Ruiz, mostrara su disgusto por no derogar la disposición adicional 38 de la Lomce, por la que la Generalitat tiene que pagar la escolarización en castellano de aquellos alumnos que lo demanden.