Miriam Vallejo, la joven asesinada el pasado enero en el municipio madrileño de Meco, podría haber recibido más de 90 puñaladas (y no 40, como se pensaba inicialmente) provenientes de diferentes armas, lo que ha llevado al abogado de la familia a no descartar nuevos implicados en el asesinato. Además, esta teoría se ha visto reforzada por las declaraciones de los testigos, que apuntan que escucharon a la víctima decir: "dejadme en paz".
Esta hipótesis también la defiende el abogado de Sergio Sáez, exnovio de una de las amigas de Miriam y el único detenido hasta ahora. Su defensa pide también la puesta en libertad de su cliente y señala que no existe riesgo de fuga ni de reiteración delictiva, así como de destrucción de pruebas.
Estos argumentos los ha expuesto el abogado de Sergio Sáez en el recurso de apelación interpuesto en contra del auto de ingreso en prisión en su cliente, que se ha presentado este miércoles 18 de septiembre, en la vistilla celebrada por la Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid.
Allí, el fiscal ha defendido, sin embargo, que el acusado debe permanecer en prisión aludiendo a que hay "pruebas contundentes" en su contra que sustentan que se mantenga la situación de prisión provisional.
Por su parte, la defensa de la familia de la joven considera que sí se cumplen las condiciones para que el detenido siga cumpliendo prisión provisional, aunque reconoce que no tiene del todo clara su autoría en el crimen. Lo que ambas defensas no descartan es que se puedan producir, de ahora en adelante, nuevas detenciones en el marco de la investigación que desarrolla la Guardia Civil.
Todas las incógnitas del crimen de Meco
Muchos de los elementos del crimen continúan siendo aún una auténtica incógnita. Hasta el momento, se conoce que el cuerpo de Miriam Vallejo fue encontrado en enero en un campo de la localidad madrileña de Meco, y que su presunto asesino, Sergio Saéz, de 29 años y exnovio de una amiga de Miriam con la que ambos compartían piso, fue arrestado y enviado a prisión el pasado mes de agosto.
En un principio, el detenido expuso como coartada que en el momento de los hechos se encontraba jugando a la consola. Sin embargo, aunque, efectivamente, estaba en línea, la Guardia Civil comprobó más tarde que a pesar de ello no la estaba manejando.
La detención de Sergio se produjo en su domicilio de Azuqueca, en Guadalajara, y se enmarcó en la Operación Frontera Madrid, donde los agentes incautaron material informático, teléfonos móviles y ropa para analizar en el laboratorio por si hubiera restos biológicos de la víctima.
Ahora, en base a las pesquisas policiales, la defensa de Sergio cree que habría una pluralidad de hasta doce personas que podrían haber participado en el asesinato.