Se ha celebrado en el Juzgado Penal 1 de Barcelona el juicio contra el militar acusado de difundir información personal e imágenes de la víctima de 'La Manada' de Sanfermines en 2016, el cual se ha saldado con un acuerdo entre acusaciones y defensa.
El condenado, E.C.T.G, se ha declarado culpable por difundir fotos del DNI de la víctima de la violación que supuso un antes y un después para la sociedad española.
En un primer momento, este alegó que simplemente "copió y pegó" publicaciones de otros foros que ya habían distribuido esa misma información. Sin embargo, hoy ha admitido haber cometido un delito contra la integridad moral y revelación de secretos ya que compartió dos fotos de la agresión sexual que sufrió la mujer en un foro, además de publicar otros datos personales de la joven, como una copia de su DNI y su dirección en su propio foro, donde tenía 111 mil seguidores.
Por cometer estos delitos, el exmilitar ha aceptado una pena de dos años de cárcel, una multa de 1.320 euros y una indemnización a la víctima de 20.000 euros.
No obstante, con este acuerdo de conformidad, la pena de dos años y medio de prisión que la Fiscalía pidió en un principio ya no tendrá lugar pues la jueza ha suspendido la condena del acusado por carecer de antecedentes. La condición que se le impone al exmillitar es que pague la multa y las indemnizaciones y que no vuelva a delinquir en los próximos tres años.
El foro responde
Pese a que la jueza ya ha dictado sentencia in voce contra el acusado, aún está por resolver si el foro responde como responsable civil subsidiario. De esta manera, sería él el que pagase la indemnización en el caso de que el acusado no lo hiciera.
Esto es lo que reclaman las acusaciones que son ejercidas, además de por la víctima, por la Asociación de Mujeres Juristas. Ante lo dicho, la defensa de la empresa ha mostrado su oposición alegando que las imágenes fueron retiradas de forma inmediata.
Las repercusiones de la filtración de imágenes para la víctima
Desde que el caso salió a la luz, la imagen y la identidad de la chica que sufrió los abusos estuvieron fuertemente protegidas por la justicia hasta el punto de que el juicio de violación se celebró a puerta cerrada.
Sin embargo, un error de seguridad en la difusión oficial de la sentencia a la prensa permitió que se filtraran imágenes confidenciales. El acusado fue el primero en compartir fotografías de la violación múltiple, pero no el último. A la par que empezaron a circular por Internet imágenes de la víctima, llegaron las filtraciones de los datos íntimos de la misma.
Con la difusión de estas informaciones, que normalmente procedía de internautas de extrema derecha, la víctima empezó a sufrir un fuerte acoso por redes sociales y dejó de vivir en el anonimato, pues enseguida fue reconocida por compañeros de clase y conocidos.