El Gobierno de Javier Milei está modificando el modelo penitenciario en Argentina y busca imponer la mano dura bajo el mantra de mejorar la seguridad del país. La Administración del país está mostrando al público los cambios y, además de que han resultado controvertidos, evidencian la intención de copiar el estilo de Nayib Bukele en El Salvador, presidente que se declaró vencedor de los comicios con un 85% de los votos.
Las imágenes de presos desnudos, con las manos atadas a la espalda, en la prisión de Pinero, en la ciudad de Rosario, han protagonizado los medios. El ministro de seguridad de la provincia, Pablo Cococcioni, ha manifestado que estas imágenes responden a la aplicación de un "plan de seguridad" para mejorar el sistema penitenciario del país. "Cada vez la van a pasar peor", ha explicado en Instagram, donde ha compartido las imágenes de la prisión de Santa Fe.
La propuesta no es nueva y los vínculos entre Milei y Bukele se han estrechado durante los últimos meses, en los que ambas administraciones han intercambiado cuestiones en materia de seguridad y sobre cómo extender el modelo de prisiones hacia Argentina.
El diputado Javier Sotelo defendió abiertamente la necesidad de importar el modelo de Bukele tras viajar a El Salvador en julio de 2023: "Es un país de La Paz y un ejemplo de lucha contra las mafias", expresó entonces sobre su conveniencia.
La unión de Milei y Bukele
Los presidentes de Argentina y El Salvador no han ocultado que mantienen grandes acuerdos sobre la orientación de las políticas a desarrollar desde sus ejecutivos, comparten línea ideológica y comulgan con propuestas similares.
El ex presidente de Estados Unidos y candidato a la reelección, Donald Trump, ha expuesto a ambos mandatarios como referentes de sus políticas, y ambos fueron también invitados a la C-PAC, el evento de la derecha conservadora estadounidense que Donald Trump ha convertido en una cumbre internacional a la que invita a sus aliados, en el caso de España, el presidente de VOX, Santiago Abascal, que también estuvo presente en aquel encuentro.
El modelo penal de Bukele está encontrando réplicas en otros países de su entorno. La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, también se ha mostrado interesada en esta cuestión y plantea construir una cárcel insular en su combate a las maras.
En este contexto, se está experimentando un auge del populismo en América, que también se extiende a otros países como Costa Rica, cuyo presidente, Rodrigo Cháves, emplea un discurso contra las élites a través del cual intenta canalizar el descontento social, en un país que ha experimentado un deterioro de su sistema de protección social.
El futuro dirá si la ola se extiende nuevamente a Estados Unidos, donde Donald Trump ha exhibido estos mantras en su línea discursiva y ha exhibido como referentes políticos a presidentes del continente alineados con estas políticas.
