España está indignada. Indignada porque una sentencia que podría haber sido ejemplar ha acabado amparando las agresiones sexuales las mujeres. El caso de 'La Manada' puso sobre la mesa esta cuestión con la violación grupal a la que cinco jóvenes sevillanos sometieron a una chica de 18 años en las fiestas de San Fermín en 2016. Tras el juicio y casi dos años después del suceso, se dio a conocer el fallo de la Audiencia de Navarra, que condenaba a los hombres a nueve años de prisión por abuso descartando así la agresion sexual.
La sentencia no es firme, pues aún tiene que pronunciarse el Tribunal Supremo tras el recurso presentado por la fiscalía y la propia víctima. Mientras tanto, los miembros de 'La Manada' se mantienen en prisión provisional donde han permanecido desde su detención. Ahora, el menor de ellos, Ángel Boza Florido, no ha tardado en convertirse en noticia por protagonizar un desagradable incidente en el módulo de la cárcel de Pamplona en la que se encuentra.
Boza aún no pertenecía de manera oficial a 'La Manada' pues los Sanfermines de 2016 iban a ser su prueba de fuego para entrar en el grupo. Así, es el único de los cinco que no participó en los abusos a otra joven en Pozoblanco (Córdoba), por los que los otros cuatro también serán juzgados en los próximos meses. Sin embargo, arrastra un importante historial delictivo. Al igual que José Ángel Prenda, pertenece a la peña ulta del Sevilla, Biris. Además, cuenta con antecedentes por delitos de robo con fuerza y contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas.
De violador a violador
A pesar de mostrarse completamente hundido ante el Tribunal, Ángel Boza ya ha dado algún que otro problema en prisión. Según publica El Español, el joven participó en una paliza a un preso que acababa de ingresar por abuso sexual. De violador a violador.
El suceso tuvo lugar pocos dias después de Navidad. "Le pegaron a un interno joven musulmán que justo acababa de ingresar por abusar de una chica en un bar", han informado desde fuentes penitenciarias. Cuatro fueron los implicados en la trifulca, aunque el sevillano trató de exculparse alegando que el no había tenido nada que ver.
La dirección del centro penitenciario tomó medidas, por lo que se le cambió al módulo 4 separándolo así de sus compañeros Prenda y Jesús Escudero. Boza no se tomó bien el cambio pues, consciente de lo mediático de su caso, tenía miedo de que pudieran hacerle algo, por lo que intentó por todos los medios permanecer al lado de sus dos amigos.
Ahora convive con 115 reclusos repartidos en 72 celdas. Su compañeros es un preso común. El joven no se siente seguro, por lo que el día que se conoció la sentencia solicitó protección y pidió no salir al patio, por lo que se enteró del fallo del tribunal en su celda.
Boza y la burundanga
Como se ha indicado, el viaje a San Fermín de 2016 suponía el rito de iniciación de Ángel Boza para formar parte oficialmente de 'La Manada'. "Aún no he hecho méritos para ser lobo", escribía en el chat de WhatsApp que ha servido como prueba en el juicio. "Estas vacaciones son la prueba de fuego", respondía Manuel Guerrero, el guardia civil.
Boza estaba dispuesto a todo por entrar en 'La Manada', por lo que fue él el que propuso llevar un kit de drogas para sus andanzas en Pamplona. "¿Llevamos burundanga? Tengo rinoles tiraditas de precio. Para las violaciones". Ya en la capital navarra, apenas dos horas antes de que llevasen a cabo la violación, otro amigo del grupo escribía por el WhatsApp mandando un mensaje en Boza que acabó siendo premonitorio: "Ángel, disfruta que en la celda te acordarás de estos ratillos".