Jami Ledbetter, una mujer estadoundense de 42 años, ha vivido una experiencia que no podrá olvidar durante el resto de su vida. Porque sus planes para retocarse las cejas y lucir con mejor aspecto han terminado con cuatro tatuajes en la frente por el cúmulo de negligencias que realizaron las personas que se encargan del centro.
El tratamiento en cuestión se llama 'microblading'. Se trata de un proceso manual, realizado con cuchillas y agujas de tatuaje, mediante el que se pigmentan las cejas de aquellas personas que cuentan con poco vello en esta zona del rostro. Un tratamiento que se han realizado personalidades como Kylie Jenner o Emma Watson.
Jami, sin embargo, optó por un tratamiento en una clínica 'low cost' en un centro de Kansas City, ya que este tipo de procesos pueden sumar grandes cantidades de dinero. Y, a pesar de que todo en un principio iba bien y los empleados parecían amables... el resultado fue un completo despropósito.
Porque cuando todo terminó, Jami pudo comprobar que las personas que habían realizado la intervención le habían dibujado, literalmente, cuatro cejas. Y el resultado no se podía arreglar: el espacio que ocupaba lo tatuado era muy superior al de una ceja de un tamaño normal.
"Mi novio me dejó y me sentí devastada"
Todo lo que vino después fue especialmente desolador. La única solución pasaba por aplicarse rayos láser con el fin de eliminar el tatuaje, pero la cercanía con el ojo hacían de esta operación una cuestión especialmente complicada.
Por otro lado, Jami empezó a sentir problemas de autoestima, puesto que no reconocía su rostro e incluso llegó a rechazarse: "Estaba devastada. Incluso estaba saliendo con un chico y él dejó de salir conmigo inmediatamente", ha declarado la mujer.
La mujer intentó todo tipo de estrategias, incluso camuflar los tatuajes cuando saliese a la calle a base de maquillaje. Pero las cejas se marcaban igualmente y empezó a perder la ilusión de recuperar su verdadera imagen.
Finalmente, Jami no ha tenido otra opción que comenzar un tratamiento de despigmentación que se alargará durante el tiempo: tendrá que pasar más de ocho semanas para empezar a comprobar los efectos y un tratamiento especialmente caro.
Mientras tanto, Jami ha denunciado a la responsable del centro que cometió la negligencia y la Justicia le ha retirado la licencia temporalmente, ante las pruebas evidentes que ha presentado la afectada. El centro, mientras tanto, permanecerá clausurado hasta que se emita una sentencia firme.