Hoy, día 28 de octubre, domingo, día de Cristo Rey, a quien ha sido dado todo poder en los Cielos y en la Tierra, se inauguran los nuevos equipos y estudios de la Televisión Española.
1956. Estas fueron las primeras palabras que se pronunciaron en televisión en nuestro país. A las 20:30 Gabriel Arias-Salgado, Ministro de Información y Turismo en aquel período de la España franquista, daba el pistoletazo de salida a Televisión Española (TVE).
Hoy, en la España democrática y de la TDT, las televisiones públicas han crecido exponencialmente. La Corporación Radiotelevisión Española aúna cinco canales a nivel estatal, entre los que destacan La 1, La 2, Canal 24h, Teledeporte y el espacio dedicado a los más pequeños Clan. 948,7 millones de euros serán destinados este año 2015 para mantener el complejo audiovisual RTVE. Doce comunidades autónomas poseen además canal(es) de televisión propio(s), así como varias docenas de municipios hacen lo propio con pequeños canales municipales.
Si vives en Cantabria, Castilla y León, La Rioja o Navarra eres de los pocos españoles que no disfruta de un servicio autonómico de televisión pública. En el caso de la Comunidad Valenciana, Canal Nou y sus canales hermanos estuvieron en antena hasta finales de noviembre de 2013, cuando su emisión se fundió a negro. El nuevo presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, ha anunciado su intención de reabrir el canal el día 9 de octubre, coincidiendo con el día de la Comunidad. Sin embargo, aún se está estudiando su viabilidad.
El resto de Comunidades Autónomas disponen de televisión pública regional. Los siguientes datos presupuestarios corresponden al año 2013*:
Andalucía
RTVA, la Radio Televisión de Andalucía tiene dos canales de televisión (Canal Sur y Canal Sur 2), además de una señal por satélite (Andalucía Televisión). El presupuesto de RTVA fue de 165 millones de euros.
Aragón
CARTV, la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión cuenta con Aragón TV y su presupuesto fue de 47.1 millones.
Asturias
RTPA, el Ente Público de Comunicación del Principado de Asturias posee dos canales (TPA y TPA2). El Principado arrojó un total de 23 millones de euros para su televisión autonómica en aquel año.
Baleares
IB3, el Ens Public de Radiotelevisió de les Illes Balears emite a través de IB3 Televisió y supuso un gasto de 31 millones de euros.
Canarias
RTCV, La Radiotelevisión Canaria tiene el canal Televisión Canaria, que supuso un coste estimado de 38.6 millones de euros.
Castilla-La Mancha
RTVCM, El Ente Público Radiotelevisión de Castilla La Mancha llega a los hogares manchegos a través de Castilla-La Mancha Televisión. El presupuesto en aquel año fue de 44.2 millones de euros.
Cataluña
CCMA, La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals posee actualmente cinco canales distintos: TV3, El 33, Canal Super3/3XL, 3/24 y Esport3, además del canal TV3CAT (antes TV3 Internacional) destinado a espectadores residentes fuera de Cataluña. Arrojó un presupuesto de 259 millones hace dos años.
Extremadura
CEXMA, La Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales, emite a través de Canal Extremadura Televisión con un coste de 25.3 millones de euros.
Galicia
CRTVG, La Compañía de Radio Televisión de Galicia, cuenta con Televisión de Galicia o más conocida como A Galega entre sus habitantes. El presupuesto ascendió a 103 millones en aquel ejercicio.
Madrid
EPRTM, El Ente Público de Radiotelevisión de Madrid, emite a través de su primer canal (Telemadrid) y a través de La Otra y su canal por satélite Telemadrid Sat. En 2013, su presupuesto ascendió a 84.51 millones de euros.
Murcia
RTRM, El Ente Público Radiotelevisión de Murcia, posee un único canal: La 7 TV Región de Murcia. Se manejó en 2013 un presupuesto de 7.5 millones.
País Vasco
ETB, Euskal Telebista, cuenta con ETB1 y ETB2 (en euskera y en español) además de Canal Vasco que se emite vía satélite y ETB SAT. 121 millones de euros fue el presupuesto de 2013.
*Los datos publicados incluyen el gasto en las diferentes radios autonómicas.
¿Cómo se financian las televisiones públicas?
La financiación de RTVE difiere en gran medida de la propia de los entes audiovisuales autonómicos. Éstos, creados a mediados de los años 80 a partir de la Ley 46/1983 o Ley del Tercer Canal, poseen un sistema de financiación mixto a través de subvenciones públicas de los gobiernos autonómicos y financiación privada a través de los ingresos publicitarios.
La televisión pública estatal, sin embargo, puso fin a la financiación privada a través de publicidad con la última reforma legislativa - ahora las películas pueden verse del tirón - y obtiene su financiación, mayoritariamente, de las arcas del Estado y una pequeña parte por la cuota que pagan las telecos y las televisiones privadas.
No es posible mantener en el tiempo una televisión de calidad a largo plazo porque el sistema de financiación no es viable y esto o se reforma o no sale. Como diría Belmonte: O te quitas tú o te quita el toro.
Así se expresaba a principios de junio José Antonio Sánchez, presidente de RTVE. Cierto es que RTVE no es rentable. Al término del ejercicio de 2014, su balance negativo se cifraba en 134,8 millones de euros. Las televisiones autonómicas en esto sí coinciden con su homóloga estatal. El conjunto de canales autonómicos en España arrastraban, a finales de 2013, una deuda en torno a los 1.600 millones de euros, de los cuales el 90% se repartía entre Canal 9 y Telemadrid. Precisamente, dos entes públicos que se han visto sometidos a dos EREs que mermaron considerablemente la plantilla y llevaron, finalmente, al cierre del canal en el caso de Canal 9.
Se alzan algunas voces pidiendo un cambio en el modelo de financiación de los canales estatales y autonómicos. Jorge del Corral, quien fuera secretario general de Antena 3 Televisión, apuesta por un modelo de financiación mediante un canon, como se hace en la mayoría de países europeos.
Este canon - sostiene - contaría con tres tramos (nacional, autonómico y municipal) aplicables a los titulares de la vivienda, que se cobraría en el impuesto de bienes inmuebles (IBI). ¿Por qué tres tramos? Porque el ciudadano que viva en una localidad en la que no hay televisión pública autonómica ni municipal pagaría únicamente el tramo nacional. Allí donde vea tres públicas, pagará el cien por cien del canon, y cuando un partido político quiera crear una nueva televisión pública donde ahora no hay, deberá consultar a sus ciudadanos e informarles de que, si la aceptan, deberán pagar el tramo correspondiente.
¿Qué aporta la televisión pública?
Opción A) Objetividad, veracidad, imparcialidad y respeto al pluralismo político, religioso, social, cultural y lingüístico.
Opción B) Manipulación informativa, descrédito, enchufismo, injerencias políticas y contrataciones irregulares.
Tómate un momento y reflexiona a que opción crees que se asemeja más TVE o a la televisión autonómica donde resides. La primera de las opciones recoge alguno de los principios protegidos en la ley. La segunda, un compendio de calificaciones recogidas en prensa en los últimos años.
Indudablemente hoy estamos aún lejos de la primera opción. La televisión pública ha sido otro exponente más de la crisis económica, política y de valores que ha vivido España. ¿Acaso no podemos hablar de un boom de cadenas públicas como el boom inmobiliario que hemos padecido? ¿Realmente necesitamos tantas televisiones financiadas por las arcas autonómicas y estatales, en definitiva, por nuestros bolsillos?
Es importante que la televisión pública tenga un público. Los datos de share de TVE se han desplomado en los últimos años (9 % para La 1 en julio de este año) y las autonómicas también han sufrido un retroceso en su cuota de pantalla. Esta tendencia debe hacernos reflexionar.
Veracidad, actualidad, compromiso e independencia deben ser las bases de un medio público donde se busque la mayor objetividad posible y la equidistancia desde un rigor y una profesionalidad reales. Además, dada la riqueza cultural y lingüística de las diferentes regiones de España, la televisión pública debe fomentar la proximidad al espectador y el desarrollo de las diferentes lenguas estatales. Debe, además,ser impulsora de la cultura nacional ofreciendo emisiones de cine, música, arte, reportajes o espacios de debate.
No podemos medir la rentabilidad económica de las televisiones públicas en términos de sus homólogas privadas, ya que su función es diametralmente opuesta y los principios por los que se rigen lo son del mismo modo.
Ahora, hazte una pregunta:
¿Merece la pena tener televisiones públicas? La BBC, sí.