Un apagón masivo ha sacudido este lunes a más de media España, colapsando infraestructuras clave como el transporte y afectando la vida diaria de millones de personas.
La incidencia, registrada poco después del mediodía, ha tenido consecuencias no solo a nivel nacional, sino también en países como Francia, Reino Unido, Portugal e Italia.
El peso de la previsión
En medio de este escenario inédito, Mercadona ha logrado evitar el cierre de sus supermercados en la mayoría del territorio nacional. ¿El motivo? La activación automática de sus grupos electrógenos, equipos preparados para abastecer de energía a las tiendas durante al menos 24 horas.
Gracias a estos sistemas de emergencia, los supermercados han podido seguir funcionando, aunque con limitaciones parciales, como la desconexión temporal de algunas cámaras frigoríficas.
Mientras muchas cadenas competidoras se han visto forzadas a interrumpir su actividad, Mercadona ha experimentado un aumento de clientes que buscan abastecerse en un entorno estable. La capacidad para mantener las luces encendidas y las cajas operativas ha sido clave para reforzar su papel como referente de fiabilidad en momentos críticos.

En Granada, por ejemplo, los 37 supermercados que la cadena tiene repartidos por la provincia han conseguido mantenerse abiertos, lo que contrasta con el panorama de cierre generalizado en otras superficies.
En la capital, centros como El Corte Inglés o Alcampo también han respondido al corte eléctrico activando sus propios sistemas de respaldo, aunque han enfrentado problemas puntuales para reiniciar algunos sistemas informáticos.
El apagón ha puesto a prueba la capacidad de reacción de las grandes cadenas. En esta ocasión, la previsión y la inversión en infraestructura energética han marcado la diferencia. Mercadona no solo ha sorteado la crisis, sino que ha reforzado su posición como empresa preparada ante lo inesperado.