Un terrible y macabro asesinato ha tenido lugar en Brasil, concretamente en el municipio de Porto Velho, después que Fabiana Santana Pires, una mujer de 23 años, fuera brutalmente apuñalada por su hermana menor, de 13 años. Los hechos ocurrieron el pasado 13 de octubre y desde entonces el país suramericano vive conmocionado.
Hasta aquí, todo parece enmarcado dentro de un crímen con arma blanca al uso. Pero desgraciadamente no fue así. Lo peor no es que la asesina fuera una preadolescente, sino la manera en la que acabó con la vida de su hermana mayor. Pires estaba embarazada de ocho meses, por lo que estaba a punto de dar a la luz en las próximas semanas. Además tenía un hijo de siete años, Gustavo Henrique Pires Maciel, que no solo presenció el ataque, sino que también fue víctima de él. Fue agredido por su tía de la misma manera que le había ocurrido a su madre, provocándole asimismo la muerte según ha confirmado la delegada del caso, Leisaloma Carvalho.
No actuó sola, sino que tuvo ayuda de un allegado, también menor de edad. Según el testimonio de la joven, tenía por deseo matar a su hermana mayor tras haber sido víctima de abusos por parte de su marido. El cómplice, por su parte, pretendia quedarse con la criatura.
Por suerte, el bebé sobrevivió al terrible crimen. Ahora descansa en observación en el hospital y pesa 1,8 kilos y permanecerá en la incubadora hasta que esté totalmente recuperado.
Los vecinos han quemado la casa
Pensaba que se iba a librar, pero este doble crimen también le ha traído consecuencias a Cátia Barros Rabello, la madre del cómplice. Tras conocerse lo ocurrido fue detenida por las autoridades brasileñas y es que no solo colaboró en el plan con su hijo, sino que los investigadores han puesto sus ojos en ella como artífice de la trama. La mente pensante, la que diseño el plan de arriba a abajo y proporcionó las armas del crimen a los dos jóvenes.
Tras disponer de algunas informaciones relacionadas con la razón principal por la que Barros estuvo involucrada, todo apunta a que quería engañar a su novio para "salir de la pobreza" y la única manera que se le pasó por la cabeza fue arrebatarle el bebé a la victima para hacerlo paasar por suyo. Su trabajo como garimpeiro fue determinante, pues se dedicaba a buscar oro y piedras preciosas en el Amazonas, un salvoconducto muy jugoso.
Los vecinos de Porto Velho, en venganza por lo ocurrido, han provocado un incendio, reduciendo el domicilio de Cátia Barros a cenizas. Los dos menores también fueron detenidos como autores confesos del crimen. En su declaración, ambos testificaron haber usado una barra de hierro y un cuchillo para matar a la víctima.
