La primera ministra de Italia ha aprobado un decreto que implica una ruptura con la política sanitaria del Gobierno de Mario Draghi en la lucha contra el coronavirus. Supone rehabilitar, antes de lo previsto, a 4.000 sanitarios que habían decidido no vacunarse.
El líder del Partido Democrático, Enrico Letta, ha criticado la decisión en Twitter: "El Gobierno de Meloni hizo su primera elección en su debut del Consejo de Ministros. Ha premiado a los antivacunas. Era difícil un peor inicio".
La medida no afectará a las mascarillas, que se mantendrán en los hospitales. La primera ministra italiana ha destacado la discontinuidad con la gestión de Draghi en relación a la pandemia, que Meloni considera que enfocó de una forma ideológica: "El tema de la ciencia no se afronta con un enfoque ideológico, sino con evidencias científicas que sustenten las medidas. En el pasado se han tomado innumerables medidas que no estaban basadas en evidencia científica", ha manifestado en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
"Vamos a proceder con medidas efectivas, con una información más clara. Italia es la nación que ha adoptado las medidas más restrictivas, pero ha tenido las tasas de letalidad más altas. Algo no funcionó. El Covid se ha convertido en un tema de campaña electoral, se ha vuelto ideológico y esto no nos ha ayudado a tomar medidas efectivas y al que decía otra cosa se le señalaba como un monstruo", ha añadido.
'Raves' ilegales
Esta nueva medida llega junto a una serie de decretos que marcan el inicio de la era Meloni. Entre ellos, se perseguirá la celebración de las fiestas 'rave' y se endurecerán las normativas para que los condenados por mafia y terrorismo no reciban beneficios penitenciarios si no colaboran con la justicia.
Meloni perseguirá las fiestas 'rave' ilegales, mediante un nuevo delito bautizado como 'Invasión para reuniones peligrosas', con penas de cárcel de 3 a 6 años y multas de entre 1.000 y 10.000 euros, una medida que la primera ministra italiana enmarca en el factor disuasorio.