Con la llegada del verano, el calor y la necesidad de productos frescos, muchas personas recurren a las denominadas frutas de verano, como el melón, la sandía; así como otras hortalizas como el pepino, la calabaza o el calabacín.
Sin embargo, es posible que sientan algo especial cuando consumen estas frutas y hortalizas. Se trata de una especie de picor en la boca y la garganta que se produce cada vez que se ingiere alguno de estos alimentos.
Este tipo de picores suelen producirse por una reacción alérgica, en concreto a la profilina, una protenína que comparten estos alimentos con los pólenes. Suele destruirse con el aumento de la temperatura y la digestión gástrica, por lo que las reacciones sistémicas suelen ser poco frecuentes. Es decir, la mayoría de pacientes suelen sufrir un cuadro en la zona de la orofaringe.
Las profilinas son proteínas poco resistentes a la digestión gástrica y el aumento de la temperatura, por lo que aquellos que presentan esta alergia no suelen tener mayor problema que una irritación o molestia que no suele ir a más.
Los síntomas tomas más comunes
El melón es la fruta que se asocia con mayor frecuencia al síndrome de alergia oral (SAO), que se presenta con manifestaciones locales como picor oral, orofaríngeo u ótico. Suele ser, por tanto, picor localizado en labios, boca y garganta. Hay ocasiones en las que puede llegar a ser bastante intenso, e incluso puede haber pacientes que rechacen las frutas. En los peores casos, la ingesta del melón puede producir edema en labios, lengua, urticaria e incluso molestias digestivas.
La denominada como 'cucumisima' genera estos síntomas, pero se pueden reducir si consumimos la fruta más verde: cuanto menos madura, experimentaremos menores reacciones alérgicas y viceversa. No hay que olvidar que una alergia es una reacción inmune exagerada a un evento que no representa un riesgo y que debemos consultar con un especialista y comprobamos que los síntomas son incontrolables.