La polémica en torno a la última preselección española, 'Objetivo Eurovisión', no cesa. Desde que se conociese que Manel Navarro iba a ser nuestro representante en el próximo Festival de Eurovisión, el eurodrama se ha desatado: desde abucheos y posterior agresión a Xavi Martínez, uno de los miembros del jurado, a quejas múltiples de eurofans por diversas irregularidades, comentarios en redes en contra de los responsables de TVE, acusaciones entre artistas, denuncias por parte de managers, compositores e incluso partidos políticos...
Si bien todos los años estas preselecciones organizadas por la cadena pública no están exentas de controversia, el debate este año se ha excedido envuelto por un posible fraude, y muchas son las voces críticas en cuanto al proceso de selección de la canción española para ir a Kiev (Ucrania), capital que albergará Eurovisión 2017.
Esta semana, Javier Maroto, del Partido Popular, respondía en Twitter a seguidores que le instaban a que el PP siguiese los pasos del PSOE y pidiese que se tomen medidas para averiguar qué ha sucedido. El vicesecretario nacional de Acción Sectorial afirmó que había movido ficha y que no entendía cómo en TVE "no siguen el modelo del 'Melodifestivalen' de la SVT. Es un modelo de éxito y calidad. El modelo a seguir es 'Melodifestivalen'. No hay que inventar, solo seguir lo que funciona".
¿Pero qué es el 'Melodifestivalen'? A una gran parte del público que sigue el festival de Eurovisión pero que no es eurofan (o está en ello) le sonará. Y es que el 'Melodi' es la preselección de preselecciones. Un festival organizado por la televisión pública sueca para encontrar al candidato perfecto que represente a Suecia en el Festival de Eurovisión. Que su fama ya haya cruzado fronteras no es ninguna sorpresa, pues sólo en su país cosecha datos de audiencia de más de 3 millones de espectadores, y que en ocasiones rozan los 4 millones, en un país de 9 millones de habitantes. Pero para comprender mejor el éxito del 'Melodifestivalen', y por qué debería ser el modelo a seguir para realizar una preselección en condiciones, lo analizamos:
1 Un macroshow a la altura de Eurovisión
El 'Melodifestivalen' nació un año después de que Suecia hiciese su debut en el festival, en 1959. El propósito era celebrar una final nacional que diese con la canción que posteriormente pudiese representar a Suecia en Eurovisión. En la actualidad, el 'Melodifestivalen' es un show a la altura del propio festival. Sin embargo, guarda ciertas diferencias: mientras que Eurovisión consta desde hace unos años de dos semifinales y una final emitidas en la misma semana, el programa sueco se desarrolla durante 6 semanas, con una gala cada sábado por diferentes ciudades del país. En cada una de las cuatro semifinales compiten siete canciones, de las cuales dos pasan a la final directamente, mientras que otras dos se clasifican a una ronda de repesca, que es la gala que se emite antes de la gran final.
2 Espectáculo, ritmo y tensión
Los suecos son conocedores de que hacen un programa de televisión y por eso las galas de su conocida preselección se caracterizan por su gran ritmo. En hora y media de duración, la SVT (la televisión pública) se ventila un show donde prima la ligereza. Las actuaciones se producen una detrás de otra, sin valoraciones de jurados y apenas acompañadas de una pequeña pero cuidada presentación del artista. Una vez en el escenario, el 'Melodifestivalen' monta un espectáculo diferente para cada canción. Las puestas en escena son tratadas con mimo para distinguir visualmente a los temas. Pero cuando llega el momento de conocer los resultados, otro de los puntos esenciales de este festival es la tensión. De hecho, Eurovisión adoptó la forma de dar los votos que tiene el 'Melodifestivalen': por un lado el jurado, por otro el público, de manera que prevalezca el interés por conocer al ganador hasta el final.
3 Artistas que no temen a pasar por un concurso
Mientras que en España los artistas son reacios a participar en una competición, en Suecia el 'Melodifestivalen' es recibido como una oportunidad de promoción única, y los artistas no temen pasar por un concurso. Es el caso de muchos, como Carola, ganadora de Eurovisión en 1991 y gran estrella en su país, que regresó al 'Melodifestivalen' en 2006 y consiguió representar de nuevo a Suecia. Recientemente Charlotte Perrelli, la ganadora de Eurovisión en 1999, ha participado de nuevo en la competición (ya lo ha hecho en cuatro ocasiones). Si bien es cierto que los grandes exponentes musicales de Suecia no se han dejado caer (Icona Pop, Avicci, Lykke Li, Zara Larsson...) otros artistas de nombre en el país lo han hecho en repetidas veces. Este año volvemos a ver en el 'Melodifestivalen' a Ace Wilder, Mariette o Loreen, la flamante ganadora de Eurovisión 2012 con 'Euphoria'. Artistas que se mueven en ese circuito, pero que al fin y al cabo están en las listas de éxito de Suecia.
4 La forma más justa de elegir al ganador
De las más de 2.000 candidaturas que son recibidas cada año, 28 participan en el concurso, y 12 llegan a la final. Durante las semifinales del Melodifestivalen es el público el responsable al completo de los resultados, a través de dos rondas de televoto. Ya en la final, los espectadores tienen un 50% del poder, mientras que un jurado de varios países seleccionados previamente se encarga de dar el otro 50% de los votos. Pero para que todo sea lo más justo posible, los votos del público se dan en función al porcentaje de llamadas que han obtenido. En caso de desempate, sí, el voto del público es el que prevalece, pero desde que se instauró el televoto eso no se ha dado nunca. En 2014 se vivió una votación de infarto cuando Sanna Nielsen logró imponerse a Ace Wilder por tan sólo 2 puntos. Ésta había ganado la votación del jurado, pero finalmente Nielsen consiguió vencer gracias al público, y acabó representando a Suecia con la balada 'Undo', que quedó en tercera posición en el festival.