En Semana Santa no faltan las tradiciones, y, en España, tampoco podía faltar la gastronomía. Menos aún en su capital. Hablamos de la gran protagonista de esta época del año: las torrijas.
Este postre, símbolo tradicional de la Semana Santa en estas fechas, se reinventa cada año con nuevas recetas y sabores que van más allá de la clásica torrija de leche o vino. En este artículo te embarcamos en un viaje dulce por las mejores torrijas de Madrid, desde las más clásicas y veneradas por los paladares más puristas hasta las más innovadoras que desafían las fronteras del sabor.
La torrija tradicional, elaborada con un pan de calidad, leche, huevo, almíbar y canela, sigue siendo la favorita de muchos y la base sobre la que se inspiran las nuevas creaciones. Sin embargo, la creatividad de los pasteleros madrileños no tiene límites y cada año nos sorprenden con nuevas propuestas que fusionan sabores, texturas e ingredientes para crear torrijas únicas e irresistibles.
1 Pastelería Mifer
La receta de sus torrijas es la de toda la vida, con un pan brioche esponjoso y un almíbar ligero que no empalaga. Un sabor auténtico que conquista a los paladares más exigentes. (Calle Virgen del Coro, 15).
2 Pastelería Manacor
Su torrija irlandesa con pan brioche, harina de almendra, cítrico, miel y Baileys es una explosión de sabores que te transporta a un viaje sensorial sin igual. Una experiencia única para los amantes de las nuevas experiencias culinarias. (Palos de la Frontera, 15).
3 Horno de San Onofre
Un clásico madrileño que ofrece una gran variedad de torrijas para todos los gustos. Desde las tradicionales hasta las más innovadoras como la bañada en chocolate, rellena de crema pastelera o con un toque de licor. Un lugar donde la tradición se encuentra con la innovación. (Calle de San Onofre 3, Calle Mayor 73, Calle Hernani 7, Calle de Hortaleza 9 y Mercado de San Miguel).
4 Nunos
Especialistas en torrijas al vino, con una variedad que abarca desde la clásica hasta las más atrevidas con toques de frutas, especias o licores. Una opción ideal para los amantes de los sabores intensos y las texturas cremosas. (Calle Narváez 63).
5 Pastelería La Oriental
Su torrija sin gluten es una opción deliciosa para los celiacos que no quieren renunciar a este placer culinario. Una muestra de que la tradición también puede ser inclusiva. (Calle Ferraz 49).
6 La Mallorquina
Una de las pastelerías más conocidas de Madrid. Sus torrijas se elaboran con un suave pan artesano de elaboración propia, siguiendo la receta familiar que ha conquistado a generaciones de madrileños. Un sabor que evoca la nostalgia y la esencia de la Semana Santa. (Puerta del Sol, Velázquez, 39, Glorieta de Quevedo y Moraleja Green y Alcobendas).
7 La Casa de las Torrijas
Una taberna castiza que ofrece torrijas durante todo el año, no solo en Semana Santa. Su especialidad es la torrija tradicional con vino dulce, elaborada con mimo y siguiendo la receta de toda la vida. Un lugar con un ambiente auténtico para disfrutar de un sabor centenario. (Calle de la Paz 4).
Más allá de las torrijerías
Además de las pastelerías y tabernas mencionadas, muchos restaurantes madrileños también incluyen torrijas en sus menús de Semana Santa. Algunas opciones interesantes son:
- Restaurante Zalacaín: una reinterpretación de la torrija tradicional con un toque vanguardista.
Consejos para elegir la mejor torrija
¿Cómo elegir la mejor torrija? La clave está en definir tu paladar aventurero: ¿Tradición o innovación? ¿Textura esponjosa o firme? ¿Sabores dulces, ácidos o salados? Investiga, compara, prueba diferentes opciones y confía en tu paladar. Lo más importante es disfrutar del momento y compartir este dulce símbolo de la Semana Santa con tus seres queridos.
Consejos adicionales para una experiencia sublime:
- Presta atención a la calidad de los ingredientes.
- Elige torrijas recién hechas, si es posible.
- Considera la presentación y la estética de la torrija.
- No tengas miedo de experimentar con diferentes sabores y texturas.
¡Feliz Semana Santa y que disfrutes de las mejores torrijas! Que tu búsqueda sea un viaje lleno de placeres dulces y memorables.