Nos encontramos a punto de celebrar San Valentín, una fiesta perfecta para reivindicar el amor a tu pareja, pero que también puedes disfrutar con tus amigos y llevar por todo lo alto tu apuesta por la soltería. Y, cómo no, los bombones se vuelven a alzar como una gran apuesta para regalar durante estas fechas.
Con una amplia variedad de ofertas en el supermercado, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista con las mejores variedades tras comparar una treintena de cajas de bombones muy conocidos por todos los consumidores.
El análisis del organismo ha tenido en cuenta aspectos como las diferencias de precio y calidad, textura, sabor y olor. Además, se ha analizado el perfil nutricional, tipo de grasas, azúcares, aditivos o grado de procesado de todos los productos.
El estudio ha podido comprobar que muchos productos sustituyen de forma parcial la manteca de cacao, esencial en el chocolate, por otras grasas más económicas. Según datos de la OCU, 24 de las 30 cajas de bombones analizadas incluyen aceites de mala calidad como palma, palmaste, coco, girasol o grasa láctea.
También destaca la sustitución del azúcar por jarabes de glucosa y fructosa en 7 de las 30 cajas analizadas. A pesar de que los jarabes también aportan dulzor, son de peor calidad y se emplean para reducir los costes del producto, algo que también compromete la experiencia de consumo.
Los mejores bombones del supermercado, según la OCU
El análisis de la OCU es contundente. La opción que lidera son los míticos Ferrero Rocher, que cuestan 6,29 euros por caja. Los expertos han desatacado un buen equilibrio entre el sabor y la textura del producto, que se sitúa en primera posición.
Por debajo se encuentra el bombón Fin Carré (70% de cacao) de la marca blanca de Lidl, que cuesta 2,19 euros el envase. Además, se incluyen cuatro variedades de bombones con un notable sabor a cacao. Este producto también ha empatado con las JD Gross Sea Shells de Lidl, que cuestan 3,99 euros, unas conchas de praliné que se sitúan en el podio de productos.
A pesar de que los bombones, chocolate, procesados y dulces no deben ser la base de una dieta diaria, la realidad es que su consumo puntual puede agradar a muchos. Por este motivo, en una cita como San Valentín, pueden ser una gran apuesta.