El confinamiento se ha mostrado eficaz para contener un brote de coronavirus y evitar la saturación del sistema sanitario, pero no es la única medida para detener los efectos del Covid-19.
Se trata de una de las conclusiones a las que ha llegado un equipo de científicos de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). A través de simulaciones por ordenador y gracias a los datos de EE.UU. y otros coronavirus, el estudio señala que el Covid-19 será una enfermedad estacional que se endurecerá en los meses fríos y que la normalidad real no llegará hasta dentro de un año y medio.
El verdadero punto de inflexión será la llegada de tratamientos, pero sobre todo de la vacuna, que inmunizará a la población sin los devastadores efectos que ahora está provocando esta enfermedad.
"Hemos descubierto que un solo período de distanciamiento social es probablemente insuficiente para mantener la incidencia del SARS-CoV-2 dentro de los límites del sistema sanitario en Estados Unidos", ha asegurado Stephen Kissler, director de la investigación.
Kissler considera que no se podrá hablar nunca de normalidad real hasta esa vacuna, puesto que lo contrario sería exponerse a un riesgo de consecuencias muy peligrosas: "Lo que parece ser necesario, en ausencia de tratamientos, es aplicar períodos intermitentes de distanciamiento social".
La cuestión de la inmunidad
La duda, ahora, se encuentra en el modelo a seguir hasta la llegada de la vacuna. El distanciamiento social permanente se ha evidenciado eficaz a la hora de evitar contagios, pero frena la inmunidad de grupo. Por otro lado, si se apuesta todo a esa inmunidad, los resultados serían catastróficos: en España, con un 5% de inmunizados, llevamos alrededor de 30.000 muertos, según los datos del Ministerio de Sanidad.
También importa el período de inmunización, que podría ser de un año y podría dejar nuevamente expuesta a la persona a la infección. "Incluso ante una aparente eliminación dle virus, las medidas contra el SARS-CoV-2 deberían mantenerse, puesto que es posible que vuelva a aparecer hasta tan tarde como 2024", señala el escrito.
Independientemente de los escenarios y de las vías en las que se actúe contra el coronavirus, los investigadores tienen claro que es altamente improbable que este patógeno vaya a desaparecer después de esta primera oleada. La vacuna, en este caso, será la única arma definitiva contra la pandemia.