Cada vez que el Ayuntamiento de Madrid pone en práctica un nuevo protocolo anticontaminación, saltan todas las alarmas. Y es que, aunque ya existían desde la etapa de Botella al frente del consistorio, en 24 años de Partido Popular, los habitantes de la capital de España no estaban para nada familiarizados con ellos. Quizá eso de enmascarar la contaminación o, simplemente, ignorar los excesos de dióxido de nitrógeno en el aire ayudaron a que pareciera que no hacía falta restringir el tráfico, pese a que los motores diésel son los principales causantes de las emisiones de NO2.
Y ha sido lo repentino de las medidas lo que ha cogido con el paso cambiado a los madrileños: nos hemos dado cuenta de que contaminamos, y no podemos ni queremos aceptarlo. Sin embargo, y como tras la tempestad llega la calma, los ciudadanos, curados de espanto tras año y medio de gestión de Ahora Madrid, comienzan a entender que es posible que la típica 'boina' de la que, inexplicablemente, tantos se sienten orgullosos, como si fuera un símbolo más de la capital a la altura del oso y el madroño, el Museo del Prado o ese río muerto llamado Manzanares, es una lacra de necesaria reparación. La contaminación atmosférica tiene fatales consecuencias para la gente y, en mayor medida, para el propio ecosistema en el que vivimos. Aunque pueda sonar a perogrullo, recordarlo no está de más a quienes defienden su "libertad de ir en coche", como si exigieran, altivos, su libertad de contaminar tanto como quisieran: "El mundo es mío y me lo cargo como quiera".
1 Aumento de la mortalidad
Hace unos años, en 2008, la asociación Ecologistas en Acción cifró en 2.000 las personas fallecidas a causa de la contaminación atmosférica sólo en la ciudad de Madrid (citando como fuente el estudio científico APHEIS 3, a nivel europeo), a la vez que acusaba al consistorio del cual Ana Botella era la líder de permitir que la media anual de concentración de óxidos de nitrógeno fuera de 60 microgramos/metro cúbico (µg/m3), cuando el máximo permitido estaba en 46.
La misma organización, en 2014, denunciaba que seguían superándose los niveles permitidos y volvió a dar nuevos datos en su informe 'La calidad del aire en la ciuda de Madrid': Mueren 12 veces más personas al año en Madrid como consecuencia de la contaminación que por accidentes de tráfico. Es decir, la muerte en Madrid está ligada con los coches, pero no de la forma en que pensábamos.
Y, ¿cómo se produce este aumento de la mortalidad? Por la acción de tres factores contaminantes. El primero sería el dióxido de nitrógeno, el cual produce la inhibición de algunas funciones de los pulmones, lo cual disminuye nuestra resistencia a las infecciones. Y, como sabemos, menor resistencia a las infecciones implica más probabilidad de caer enfermo y, a la larga, mayor mortalidad. El segundo, son las partículas en suspensión: Las partículas más pequeñas (y más dañinas) se forman por consecuencia del dióxido de nitrógeno y aumentan los casos de cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, hasta tal punto que, desde Ecologistas en Acción, denuncian que la exposición a las partículas contaminantes en suspensión "puede reducir la esperanza de vida entre varios meses y varios años". El tercer factor es el ozono troposférico (O3), que provoca efectos adversos en los pulmones, tales como su inflamación. Además, estos efectos se ven agravados con el ejercicio físico, y la estación que más veces superó en 2014 el máximo de O3 recomendado por la OMS fue la de Casa de Campo, una de las Mecas del running de Madrid. Blanco y en botella.
En términos globales, la OMS ha situado los efectos de la contaminación atmosférica entre los más graves del mundo, en términos de muertes: tres millones de muertes prematuras en todo el mundo. Para hacernos una idea, el terrorismo mató en 2014 (el año con más muertes de este tipo) a 32.658 personas en todo el mundo: un 1% de los muertos por contaminación atmosférica.
2 Cuesta cientos de millones de euros
¿Qué me diríais si os contara que, sólo en Madrid, se gastan 357 millones de euros en cosas perfectamente prevenibles? Seguramente, que será culpa de los políticos derrochadores. Pero no, o al menos no en este caso. 357 millones de euros es la cifra que, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, gastó Madrid en 2004 en costes sanitarios y sociales por la mala calidad del aire.
¿Imagináis cuántos colegios podrían haberse construido si no hubiera existido ese gasto anual? Para hacernos una idea, el PP catalán ha presentado 81 enmiendas a la Generalitat "con un impacto superior a los 300 millones de euros" que permitirían construir "cinco Institutos de Educación Secundaria, la supresión de los barracones en escuelas", "una prueba piloto para promover una escuela trilingüe por distrito en Barcelona y asignar 7 millones de euros para guarderías y 2,2 millones de euros para becas comedor".
3 Especialmente vulnerables: niños y embarazadas
En los niños, la contaminación atmosférica puede llegar a provocar deficiencias cognitivas: "los (niños) que vivían en un entorno más afectado por polución tardaban más tiempo en reaccionar ante problemas complejos y presentaban más dudas", declaraba David Rojas, investigador del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental, en una entrevista a El Mundo. Además, "las regiones del cerebro que están ligadas a funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo y la atención, situadas en gran parte de la corteza prefrontal y el estriado, han mostrado respuestas inflamatorias tras exponerse a la contaminación del aire durante un largo tiempo". Por otro lado, enfermedades como la bronquiolitis, la causa más frecuente de hospitalización en menores de un año, se ven agravadas por culpa de la contaminación, entre otros factores.
En el caso de las mujeres embarazadas, Rojas aseguró que "un aumento de 10 mg/m3 de media de NO2 durante las 12 primeras semanas puede provocar un menor tamaño del feto en ese periodo".
4 Alergias
Sí, es un clásico cuando se habla de la contaminación atmosférica. Pero es que cada año existen más alérgicos, y una de las causantes puede ser la contaminación del aire.
Por ejemplo, el diésel, en contacto con los granos de polen, pueden producir el desgrane de la planta, favoreciendo una de las alergias más comunes en España: al polen. Esta alergia también se ve favorecida por el cambio climático, al "avanzar o alargar el periodo de polinización", como explicó a Muy Interesante el presidente de la Societat Catalana d'Al·lèrgia i Immunologia Clínica (SCAIC), por lo que atañe indirectamente a la contaminación.
5 Calentamiento global
Todos sabemos ya el efecto de los gases de efecto invernadero sobre el cambio del clima y el aumento de las temperaturas, además de aquellos gases que producen el ensanchamiento del agujero de la capa de ozono. Sin embargo, aún parece que es un tema secundario en la actualidad política, más atenta a los dimes y diretes dentro de Podemos o del PSOE y a sus tensiones internas.
Pero, según la Organización Mundial de Metereología, "en lo que va de año, todos los récords de temperaturas altas han sido pulverizados", habiendo sido los meses de julio y agosto los más calurosos de la historia, además de haber sido un año con "concentraciones inusualmente altas de dióxido de carbono": ¡Sorpresa, de nuevo aparece la contaminación atmosférica!
Grandes sequías, imprevisibles temporales y huracanes, extinción de especies animales, desaparición de islas por el aumento del nivel del mar, deshielo de los polos... Son tan sólo algunos de los efectos más inminentes y notables del calentamiento global; efectos que ya estamos sufriendo.
Por estas 5 razones, entre otras, el Ayuntamiento de Madrid sacó en el día de ayer el hashtag #PrimeroLaSalud. Aunque aún queda preguntarse: ¿estos niveles de contaminación no son evitables? ¿Está haciendo el ayuntamiento todo lo posible para prevenir que estos episodios se den?