La Unión Europea ha recibido un nuevo toque de atención por parte de una de las organizaciones humanitarias más importantes del mundo. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha renunciado este viernes a la financiación comunitaria como protesta a la política llevada a cabo en materia de refugiados, por la cual más de 8.000 personas llegadas de Oriente Medio se encuentran atrapadas en este momento en las islas griegas en condiciones de vida extremas.
La ONG ha emitido un comunicado en el que muestra su preocupación por los pasos dados desde la UE, basados "en la disuasión y en alejar lo máximo posible de sus costas a quienes huyen de la guerra y el sufrimiento", que sientan "un peligroso precedente para otros países que acogen a refugiados en todo el mundo", lanzando el mensaje de que "el asilo se puede negociar".
El detonante más inmediato fue el pacto alcanzado en marzo entre la UE y Turquía, denominado el Acuerdo de la Vergüenza, por el cual se aprobaba la devolución a Turquía de las personas que llegasen a las costas europeas a cambio de una dotación económica al país euroasiático.
No obstante, este no ha sido el último plan llevado a cabo por la Unión en esta dirección. Recientemente se conocían sus intenciones de establecer una serie de "incentivos positivos y negativos" a los países de origen de los refugiados, lo que en la práctica se traduciría en sanciones a los países que no prohibiesen huir a sus ciudadanos o que no los admitiesen cuando fuesen repatriados.
El cierre de fronteras deja a los refugiados atrapados entre países
Del mismo modo, desde MSF señalan que el cierre de fronteras en Europa ha provocado un efecto dominó en otros países, incluyendo los de Oriente Medio. En Azaz, al norte de Siria, 100.000 personas han quedado atrapadas entre una frontera atrapada y el frente de batalla. "Las políticas disuasorias que Europa presenta a su opinión pública como soluciones 'humanitarias' han agravado el sufrimiento de las personas que necesitan ayuda", explica el secretario general de la ONG, Jérôme Oberreit.
Los fondos de Médicos Sin Fronteras se componen en un 92% de aportaciones privadas, que se complementan con financión institucional destinada a programas de cooperación específicos. En los últimos meses la ONG calcula haber atendido a unas 200.000 personas en Europa y el Mediterráneo, poniendo su principal foco de acción en Grecia, Serbia, Francia, Italia y el resto de países costeros. MSF quiere lanzar con esta renuncia a los fondos de la UE un mensaje directo a los Gobiernos, en palabras de Oberreit: "En lugar de maximizar el número de personas que pueden rechazar, deben aumentar el número de personas que pueden acoger y proteger".