Cada año se diagnostican en España 35.000 nuevos casos de cáncer de mama y, a pesar de los avances en tratamientos, 6.500 mujeres mueren al año por esta causa. En las últimas dos décadas se ha avanzado a pasos agigantados consiguiendo tratamientos más efectivos, operaciones menos intrusivas y un gran porcentaje de supervivencia.
No obstante "el 40% recae a lo largo de los diez años siguientes a la finalización del tratamiento", según asegura el presidente del grupo Español de investigación del Cáncer de Mama y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón, Miguel Martín.
Para enfrentar este grave problema, se sigue investigando exhaustivamente sobre nuevos tratamientos para evitar que existan estas recaídas. Es a causa de ello que se ha podido presentar este pasado lunes 8 de mayo el Abemaciclib, un tratamiento para el cáncer de mama con alto riesgo de recaída que ha sido desarrollado por la farmacéutica española Lylly España.
"La importancia de este nuevo fármaco disponible en España radica en dos cuestiones: es el primer avance en 20 años para este grupo de pacientes y tanto en su descubrimiento inicial como en su desarrollo clínico, España ha tenido un protagonismo destacado. Se trata de una importante novedad en el ámbito del cáncer de mama, ya que el único avance que hemos tenido en el campo de la terapia coadyuvante de los tumores hormono-dependientes desde la llegada de los inhibidores de las aromatasas, que ocurrió hace ya más de 20 años", explica el presidente de Lylly España, Nabil Daoud.
Las pacientes que han participado en este estudio padecían cáncer de mama y poseían un gran riesgo de recaída. Añadieron el Abemaciclib a su tratamiento con hormoterapia y quimioterapia con el que llevaban dos años. Tras cuatro años de seguimiento, los investigadores han observado que la posibilidad de recaída se ha visto disminuída en un 33,6%.
El miedo a los efectos secundarios
Uno de los motivos por los que se abandonan los tratamientos es por el miedo a los efectos secundarios. En este caso concreto, el fármaco solo produce diarrea, algo que se detiene al finalizarse el tratamiento. "Hasta el 40% abandona por el miedo a los efectos secundarios, por olvido o por la falta de comprensión de la pauta del tratamiento", avisa la jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital de Basurto de Bilbao, Purificación Martínez.
"Es muy importante ofrecer una correcta información y conocimiento del proceso a los pacientes para fomentar su participación en la toma de decisiones y que estas sean consensuadas. Con la incorporación de este tratamiento a este abanico de herramientas confiamos en que cambiará su percepción ante la posible recaída ya que el nuevo fármaco será visto como una mayor posibilidad de curación", finaliza Martínez.
