El final del año es una de las épocas en las que se demandan más décimos con la llegada del Sorteo de la Lotería de Navidad. Ya sea para regalar a nuestros seres queridos o porque se quiere jugar una participación, la realidad es que el sueño de llevarse el Gordo durante estas fechas es máximo.
Los premios son muy altos, pero también el pellizco que se lleva Hacienda. La norma estipula un impuesto del 20% para los premios que superen los 40.000 euros, algo que lleva a muchos a preguntarse si esta tasa puede llevar a cancelar su pensión aplicando de este modo una contraprestación.
Pero la realidad es que esto no ocurre. Los jubilados y cobradores de pensiones por jubilación, pensiones contributivas por desempleo o que estén en proceso de ERTE podrán continuar cobrando las ayudas que se les habían aprobado hasta entonces.
La Lotería, aunque supone un incremento de ingresos puntuales, no se interpreta como un aumento de la renta del beneficiado para estos efectos, ya que no representa un ingreso periódico. De este modo, las pensiones se pueden compaginar con los premios de lotería, por lo que a cualquier jubilado al que le toque el Gordo seguirá recibiendo su ingreso habitual.
Sin embargo, las ayudas sociales sí que podrían verse afectadas. Los subsidios por desempleo, ayudas para el alquiler, ingreso mínimo vital y todas aquellas que dependen directamente de la renta de los agraciados podrían verse reducidas o directamente eliminadas en caso de recibir este premio.
¿Puedo jubilarme con la lotería?
Otra de las dudas que pueden surgir se plantea hacia otro escenario completamente diferente. Se trata de la posibilidad real de que recibir el premio de la Lotería de Navidad pueda llevar a dejar de trabajar y jubilarse anticipadamente.
El premio de 320.000 euros, descontando el 20% de los impuestos que obliga la ley, puede llevar a muchas personas a cuestionarse si realmente merece la pena continuar trabajando. Pero la realidad es que abandonar el trabajo antes de tiempo afecta a la pensión futura, puesto que se deja de cotizar a la Seguridad Social.
Además, surge el riesgo hacia el futuro. A pesar de que se trata de una cantidad muy considerable de dinero, la realidad es que tiene un final y puede surgir cualquier tipo de imprevisto que podría llevar a sufrir problemas financieros en el futuro por contar con una pensión muy baja.
