McDonald's, una de las empresas más poderosas a nivel mundial, está incumpliendo los derechos de sus empleados LGTBI, tal y como han afirmado algunos grupos de activistas.
El último caso se ha materializado en denuncia, después de que una empleada haya demandado a la compañía por impedir utilizar ambos servicios a pesar de ser una persona con identidad transgénero.
Los agravios contra la denunciante fueron de lo más variados: fue acosada verbalmente, manoseada y sufrio discriminación y abusos sexuales durante los seis meses que permaneció en su puesto de trabajo. Sus compañeros, la dirección del restaurante y la propia cúpula de la compañía no hicieron nada por evitarlo, según ha denunciado.
Llama la atención, viniendo de una empresa que se autodenomina 'gayfriendly' y que no duda de colgar la bandera del arcoiris durante la celebración del Orgullo LGTBI con el fin (quizás, llamadnos malpensados) de aumentar sus ventas.
Lo que ha tenido que vivir esta mujer llamada La'Ray Reed durante medio año ha sido todo un completo calvario. Sus compañeros acostumbraban a divertirse llamándola 'chico-chica', y solían acosarla con comentarios del siguiente tipo: "tendría sexo contigo de cualquier manera". Y todo, por simplemente identificarse como transgénero.
La demandante también afirma que otro compañero le pidió a uno de los empleados que se dedicase a toquetearle las piernas. Él lo hizo y como ella se mostró contraria, la compañía decidió actuar: le prohibió utilizar ambos baños en señal de represalia.
La afectada, que continuó quejándose ante lo que consideraba todo un completo agravio, finalmente fue despedida, mientras que la dirección del restaurante prefirió mirar hacia otro lado y apoyar a sus agresores.
Ahora, Reed no está sola: cuenta con el apoyo del colectivo 'Fight for 15', una especie de sindicato que se ha comprometido a ayudarla en todo lo posible. La organización afirma que este caso no es aislado y que reciben continuamente quejas de otros empleados denunciando el trato degradante al que son sometidos por parte de los altos cargos de la compañía.
Por ello, desde la asociación afirman que "se ha comprobado que existe un patrón generalizado de acoso sexual, discriminación y abuso", lo que prueba que la compañía no está comprometiéndose en acabar con la lacra de discriminación que se está viviendo entre la plantilla de su empresa.
La cúpula de McDonald's no actúa en contra
McDonald's no niega todo lo sucedido, y se ha limitado a afirmar que como compañía no tienen la capacidad de controlar todos los ámbitos de sus restaurantes franquiciados.
Según afirman desde la empresa, cada uno de los locales se administra bajo su libre criterio, y ellos no tienen la capacidad de imponer nada, a pesar de que podrían presionar con arrebatar el uso de la marca para que, quizás, el empleador se dedicase a respetar algo más a sus trabajadores.
Con esa cláusula, la cadena de comida rápida quiere librarse de cualquier responsabilidad, un gesto que ha sido duramente criticado, ya que los colectivos consideran que la compañía está abandonando a su suerte a todos sus trabajadores.
Denuncias
Esta es la última denuncia, pero la compañía ya mantiene un largo historial de escándalos de este tipo. Por ejemplo, en 2013 salió a los medios una denuncia interpuesta por varios trabajadores latinoamericanos y asiáticos, que habían acudido a trabajar en la compañía dentro de un programa de intercambio de estudiantes.
Según denunciaron, la compañía les explotaba durante las horas de trabajo, mientras que se limitaba a pagarles el salario mínimo, en concreto 7,25 dólares por hora, en una nación que cuenta con un Índice de Precios al Consumo muy elevado.
En Brasil, la firma también fue denunciada por violar los derechos de sus trabajadores más jóvenes, a los que mantenían en unas condiciones pésimas. En dicho caso, la Justicia falló a favor de los empleados, y la cadena tuvo que pagar una indemnización de cuatro millones de dólares.