Mientras España se desangra como consecuencia del coronavirus, también hay rayos de sol que permiten iluminar el túnel en el que el coronavirus ha enterrado a nuestro país. Uno de ellos lo representa Máxima L. M, una mujer de 100 años residente en Albacete que, contra el pronóstico de los médicos, se ha convertido en la paciente número 58 en recibir el alta dentor de Castilla-La Mancha.
"Creo que ha podido con el virus por el genio que tiene", ha asegurado con cierto sarcasmo su hijo, en declaraciones a El Digital de Albacete, el medio que ha publicado su caso. El hijo también celebra la labor que ha exhibido todo el personal sanitario que, literalmente, se ha "desvivido" por salvar la vida a su madre.
Máxima ha permanecido ingresada en el Hospital Perpetuo Socorro de Albacete durante las últimas dos semanas. Su inclusión en los grupos de riesgo y la incidencia del coronavirus llevaron a temer el peor desenlace. Pero, en esta ocasión, ella ha podido ganar la batalla.
"Mi madre se puso mala el 15 de marzo, la llevaron al Hospital General de Albacete y le detectaron COVID-19", ha contado el hijo en declaraciones al citado digital. Desde allí, Máxima fue derivada a la planta de geriatría del Perpetuo Socorro, donde fue ingresada durante dos semanas.
"La gente de aquí es maravillosa, se desviven por los enfermos"
El hijo de Máxima solo tiene palabras de agradecimiento para los profesionales sanitarios que trabajan en el Hospital Perpetuo Socorro: "Se han desvivido, no paran. A mi madre le han hecho un montón de pruebas, le han dado medicación y así poco a poco ha ido mejorando... la gente de aquí es maravillosa, se desviven por los enfermos", ha celebrado su hijo.
La alegría que ha experimentado su familia, que ya está con ella en casa después de recibir el alta, les ha permitido incluso bromear con su salida: "Yo creo que ha podido con el corona por el genio que tiene", asegura su hijo.
Ante esta situación, ha querido mandar un mensjae de "esperanza" para la gente que "está asustada por el virus", reconociendo que "hay gente que lo pasa muy mal". Porque, "parece que todos los mayores de 60 años estamos predestinados para ir con los pies con delante y no, eso no es así". Ahora Máxima está feliz: ha ganado su batalla particular contra el coronavirus.
