El último caso en reabrir el debate de la maternidad tardía fue el de Lina Álvarez, una mujer lucense de 62 años que este mes de octubre dará a luz de su tercer hijo. Tras pasar veinte años desde que tuvo la menopausia, ya tuvo un hijo hace diez años por medio de la fecundación in vitro, y ahora ese tratamiento ha funcionado de nuevo.
De vez en cuando saltan a los medios casos similares en todo el mundo, mujeres que tras los 60 años deciden ser madres, ya sea por primera vez o con embarazos previos en su vida. Los temas de debate son numerosos: ¿se tienen energías para afrontar la crianza de un bebé a esa edad? ¿Existen riesgos de salud? ¿Por qué permiten que sus hijos o hijas se queden huérfanos tan jóvenes? ¿Existe entonces un instinto maternal que llega antes o después? ¿Es ético? ¿Pero la ley lo permite? Por ello, los testimonios de estas madres y sus familias (maridos, otros hijos, hermanos, etc.) generan mucha expectación, para intentar comprender cuál es la motivación para llevar a cabo estos tratamientos.
Los casos más sonados
Una de las madres tras la menopausia más conocidas del mundo fue la gaditana Carmen Bousada. En el año 2006 batió el récord a la madre con más edad del mundo al tener a sus gemelos a los 67 años. Después de haber estado toda la vida cuidando de su madre, se encontró a esa edad sin descendencia, así que decidió ir a Los Ángeles a buscar la posibilidad de tenerla. La edad límite allí para tener hijos eran 55 años, así que mintió sobre su fecha de nacimiento, consiguió por internet donantes de un óvulo y un espermatozoide y tuvo a sus gemelos. El hecho de que su madre hubiera muerto con más de 100 años le hacía bromear con la idea de poder ver a sus nietos, sin embargo, a los dos años de tener los bebés murió a causa de un cáncer. Hasta el último momento no se arrepintió de haber tenido a los bebés, que quedaron a cargo de un sobrino.
Adriana Iliescu es una mujer rumana que tuvo a una niña a los 66 años un año antes que Carmen Bousada. Había estado durante 9 años sometiéndose a tratamientos de infertilidad hasta que llegó la pequeña. Entre tanto, también intentó adoptar a una niña, pero como no se adapta bien a su nuevo hogar "la devolvió". (¿Y qué haces cuando no se te adaptan los hijos biológicos? ¿También los devuelves?). La mujer, años después, se mantenái firme en lo contenta que estaba por su decisión.
Rajo Devi es una mujer indú que tuvo su primer y único hijo a los 70 años, en el 2008, arrebatándole así el récord a Bousada. En entrevistas a los medios de comunicación declaraba que cuando lo hizo el médico no le había advertido de los peligros de quedar embarazada a una edad tan avanzada. En ese momento se encontraba bien de salud, pero meses después enfermó, lo que la obligó a permanecer postrada en una cama. Aun así dice que se encuentra feliz de haber vivido lo suficiente para haber sido madre.
Como estos casos hay otros muchos en diferentes países, Sheng Hailin, en China, tuvo dos gemelas a los 60 años; desde Brasil, Antonia Asti a los 61; en Estados Unidos, Frieda Birnmaun a los 61, y más recientemente el ya citado caso de Lina Álvarez en España. Todas ellas hablan del fuerte deseo que tenían de ser madres, ya fuera porque antes no habían tenido la oportunidad, o porque tras el crecimiento y marcha de sus hijos mayores, se veían con la necesidad de criar a un nuevo miembro de la familia.
Las que no están de acuerdo
Sí hay alguna voz crítica entre estas madres, y un ejemplo es la británica Janet Maslin-Bosher, que en 2002 tuvo mellizos a los 58 años. En una entrevista hecha al Daily Mail 10 años después Admite que su edad fue demasiado tardía para ser madre, y que hubiera preferido tener a sus mellizos antes. Afirma que el límite para hacer estas intervenciones deberían ser los 50 años, e intentar ser madre a edades como los 67, como hizo Carmen Bousada, es algo egoísta. Además, su marido murió 5 meses después del nacimiento de los bebés, lo que la dejó sola y con pocos ingresos económicos. Aun así se sentía feliz de tener a sus mellizos, que había podido disfrutar de grandes experiencias en al juventud, y que tenía más paciencia que antes.
¿Por qué ser madres tan tarde?
Los ginecólogos afirman, en base a las investigaciones realizadas en este campo, que cuanto más tarde se tenga un embarazo, mayor riesgos hay de desarrollar alteraciones como diabetes gestacional, preeclampsia, partos prematuros, bajo peso del bebé o alteraciones congénitas, por ejemplo la trisomía del par de cromosomas 21, que causa el Síndrome de Down. Las técnicas de reproducción asistida también aumentan las probabilidades de tener partos múltiples, por ello son comunes los casos de madres de más de 50 y 60 que tienen gemelos o mellizos, lo que dobla la carga. En general, la comunidad médica no está de acuerdo con la maternidad tardía.
Los problemas de infertilidad en la juventud son una causa común de que estas madres, no muy numerosas, dieran el salto una vez que las técnicas eran más avanzadas, y ellas se veían con la motivación necesaria para dar el paso. Otras, fueron posponiendo la maternidad hasta que ya no había tiempo. Y otras, como decíamos, lo hicieron tras encontrarse con el llamado "nido vacío". Así que, ¿existe ese instinto maternal o nuestros deseos dependen de nuestras circunstancias y cada persona los lleva al extremo con el que se sienta más cómoda?
El duro sacrificio generado por el peso que las madres cargaban, y ahora menos pero también cargan, con la crianza de un hijo o una hija dificulta mucho el acceso a la maternidad en la juventud. La falta de conciliación y de igualdad en el reparto de la carga de crianza en muchos casos está haciendo que mujeres que desean ser madres puedan ver su empeño frustrado para siempre, o someterse a la fecundación in vitro después de la menopausia.
Así que desde aquí proponemos un nuevo tema de debate: ¿Cuándo llegará un cambio de planteamiento en la maternidad y la conciliación por la que no necesitemos posponer el embarazo hasta que es demasiado tarde y acabamos teniendo a los hijos a edades antinaturales?