Sarah Sands, una mujer de Londres, ha sido condenada a siete años y medio de prisión por el asesinato de su vecino en el año 2015. La mujer, de 38 años, justifica los hechos en que hizo "lo que cualquier otra madre haría" tras descubrir que él era pedófilo.
"No volvería a matar, no me veo como una asesina, pero no me arrepiento de lo que hice", ha expresado en declaraciones al diario The Sun. En la confesión de los hechos se muestra como "una madre desesperada por proteger a su hijo".
Con solo 12 años, su hijo adolescente recibió trabajo Port parte de Michael Pleasted, "un modelo a seguir", como le califica Sarah Sands, hasta que descubrió sus antecedentes penales. "Pensé que mi hijo Bradley estaba a salvo", ha señalado.
Tiempo después, su hijo perdió interés y dejó de trabajar con él, mientras le acusaba de haber molestado a otros niños. Entonces, fue cuando Sarah descubrió que su vecino había logrado cambiarse el nombre y que acumulaba hasta 24 condenas de delitos sexuales durante las tres últimas décadas.
La confesión de su hijo
El verdadero detonante llegó con la confesión de su hijo: "Lo encontré tirándose de los pelos, agitado, temblando y llorando", comenta la madre, cuya reacción fue ir a la casa del hombre con un cuchillo en la mano. "La culpa que sentía por no proteger a Bradley me abrumó", confesó.
Sarah Sands fue entonces condenada por "homicidio involuntario" tras perder el control, una pena que se vio duplicada solo un año después al entender la justicia que la pena era "indebidamente indulgente", según recoge el diario The Sun.