Un niño de nueve años ha muerto en el municipio de Candelaria de la Frontera, en El Salvador, tras ser degollado con un arma blanca por su propio tío. El menor, que cursaba segundo grado en el centro escolar del cantón de Casas de Tejas, se dejó embaucar dada la confianza que mantenía en su tío para, finalmente, ser víctima de un brutal asesinato.
El autor de la muerte es Pablo Gilberto Vásquez Martínez, de 19 años y tío de la víctima, según ha anunciado la Policía Nacional Civil. Junto a él, se encuentra detenido otro hombre de 74 años, José Antonio Cruz, como autor intelectual: había pagado 500 dólares (alrededor de 450 euros) a Vásquez para asesinar a su propio sobrino de la manera más cruel posible.
En una pronta intervención, la @PNCSV en Santa Ana capturó a dos involucrados en el homicidio de un menor de 9 años ocurrido en el municipio de Candelaria de la Frontera, en el departamento de Santa Ana. pic.twitter.com/opDm0eRnHF
— Ministerio de Seguridad (@SeguridadSV) August 24, 2019
Por el momento no se ha concretado el móvil del crimen, aunque la principal línea de investigación señala que una familiar del pequeño había realizado una proposición sentimental del autor intelectual del crimen.
Las autoridades también han mencionado la implicación de una tercera persona, que ha sido identificada, pero que actualmente se encuentra en paradero desconocido.
"Lo maté porque me iba a dar 500 dólares y no me los pagó"
Pablo Vásquez ha confesado que asesinó a su sobrino durante el interrogatorio: "Lo maté porque él (José Antonio Cruz) me dijo que me iba a dar 500 dólares [...] y no me los pagó", ha asegurado ante los investigadores.
La Delegación de la @PNCSV de Santa Ana presentó este lunes varias capturas, entre ellos Pablo Gilberto Martínez Vásquez, de 18 años, y José Antonio Cruz, de 74, en Candelaria de la Frontera, acusados del asesinato de un menor de 9 años. pic.twitter.com/o0HJsKnxq8
— Ministerio de Seguridad (@SeguridadSV) August 26, 2019
El acusado también señala que acabó con la vida de su sobrino de nueve años mientras que se encontraba bajo el efecto de los estupefacientes, posiblemente una estrategia con la que reducir su pena.
Por el momento, se busca el arma que Vásquez empleó durante su crimen, ya que la única prueba por el momento es la ropa ensangrentada que portaba el asesino confeso. El supuesto inductor, mientras tanto, ha mantenido su inocencia en todo momento.